PDV. Elena.
– Agradezco la invitación, pero no, ya quiero estar en casa con mis hijos. Por cierto, Hassam, ¿vas a tardar mucho? – quise saber si podía esperarlo
– Si quieres pido un taxi.
– Ni una cosa, ni la otra. Gracias por traerme.
– ¿Como así? – pregunté sin entender.
– Que te puedes ir cuando gustes Elena, la camioneta es tuya.
– ¿Mía? – reí nerviosa – ¿De qué hablas?
– Me dijiste que era la camioneta de tus sueños ¿cierto? – preguntó con una sonrisa de niño travieso.
– Si te dije eso, pero no signi. – me cortó antes de que terminara.
– Bueno eres la CEO de Psicoteach, debes tener un carro a la altura, de hecho, me ahorraste pensar en el modelo – subió los hombros como si me acabara de dar un Kia r
¿Quién creen que las escucho?