PDV. Elena
Aterrizamos en el Sultanato muy cansados llegamos, Aston nos recibió en el aeropuerto y ya vamos en el carro camino a la casa, solo espero que este par de hijos míos duerman mucho para descansar de este largo viaje.
– ¿Cómo estuvo la semana? – pregunte a mi marido.
– Normal, mucho trabajo. – respondió sin más detalles.
– Te comiste todo lo que te dejé preparado?
De pronto hubo un silencio tan largo que pensé que no me había escuchado.
– ¿Cariño?
– Eehh, en realidad no, tuve mucho trabajo y pedí comida en la oficina casi todos los días, no tenía tiempo de calentar comida.
– Ok.
Entramos a casa sin bajar si quiera las maletas, yo