Dos semanas son las que han pasado desde que he intentado de ignorar a mi vecino y aunque la primera fue bastante difícil por el hecho que él buscaba la manera de poder encontrarse conmigo, siempre se me ocurría alguna manera de no llegar a verlo, sé que por un lado ya es muy inmaduro de mi parte intentar evadir el conflicto, pero la verdad de todas es que si llego a ver al sujeto que tengo al lado soy capaz de darle un buen golpe que quizás hasta me lastime mis nudillos.
Ni siquiera puedo llamarlo por su nombre porque es como si lo estuviera invocando y es lo que tampoco quiero hacer, porque con esa mala suerte que tengo, es probable que me lo vuelva a encontrar cuando intente irme a trabajar.
No hubiéramos llegado a este extremo si esa salida no hubiera llegado a ser una mentira, me dolía demasiado pero el hecho de que llegue a contar una parte de mi vida personal y es que no niego que la mayor parte yo soy la culpable por confiar en una persona que no conozco mucho pero por un momento pensé que él hablaba con sinceridad y que en serio le importaba escucharme a pesar que no le agradaba pero todo fue una trampa que con facilidad llegue a caer como un ratón entra a su trampa por un pedazo de queso; mi desventaja es que a partir de esta experiencia es que algún momento terminare de cerrarme con cualquier persona que vaya conociendo y aunque no quisiera ser así, esa será mi primera defensa antes de abrir mi boca y mis emociones.
Bebo el último sorbo de mi té para bajar de la ventana y prepararme para ir a trabajar, los siguientes días han dejado de ser duros y atareados porque este mes no se ha llegado a llenar mucho el local, siempre tenemos el mismo sueldo y con algunas cuantas propinas pero por lo que he observado las personas ya no empiezan a llegar a menudo, quizás ha sido el momento en que el gerente hable con el jefe para cambiar o mejorar algo del bar/café y así obtener más clientela.
Realmente los sucesos con aquellas bestias que sin lugar a dudas sigo mirando, ya no suele ser frecuente pero aún siguen apareciendo aunque yo soy la que intento ignorar las imágenes para no mentalizarlas muy a fondo; después de que llegue a leerme todos los libros que tome de la biblioteca, pronto los fui a devolver, ya que por la fecha del recibo en el cual me daban la autoridad de llevarlos y cuidarlos, solo me quedaban tres días para regresarlos a la biblioteca, así que pronto saque la mayor información posible para devolverlos y así no encargarme de costos adicionales si no los llegaba a dejar exactamente en su día.
Por lo menos hasta el día de hoy, ya tengo un poco más de información acerca de los lobos y aunque me siento una sabelotodo acerca del tema, estoy segura que aún existe información que desconozco y no están exactamente en los libros. Pero por otro lado, no intentaré un método experimental para que termine por ser mordida por un licántropo y me transforme en una lobo, aunque eso sería muy tonto porque no sucedería jamás por el hecho de que los hombres lobo no existen.
Termino por lavar la taza y de darme un baño para ponerme unos jeans, una blusa morada y unos converse ya algo gastados para irme a trabajar, en mi pequeña cartera, llego a entrar mis documentos, mis llaves y mi billetera; cuando tengo la idea de llevar lo esencial, salgo de mi casa y pronto le llego a poner llave para irme; camino por el pasillo hasta el sonido de dos voces muy conocidas para mí hacen que pronto presione muy duro el botón del elevador para que pueda llevarme y permitirme no ver el rostro de dos individuos.
Cuando el elevador llega y abre sus puertas, puedo escuchar como sus pasos se acercan cada vez más así que de una buena vez, entro al lugar y pronto presiono el botón 1 que será el cual me lleve a la entrada principal del edificio, así que apenas las puertas se fueron cerrando cuando observe la espalda de Caden y Adrién; uno de ellos siguió su camino hasta que el chico que sale con mi amiga, se dio la vuelta y alcanzo a verme y eso sin decir que tuve que desviar la mirada para que no llegara a darse cuenta que lo estaba mirando.
Agradecí que el elevador cerrara sus puertas y pronto se moviera para dejarme en el primer piso, pero para mí desgracia, las puertas apenas se abrieron cuando en frente de mí tenía a Adrién con los brazos cruzados y regalándome una mirada seria; maldije dentro de mí y sin prestarle mucha atención a su inusual presencia extraña y rápida en el primer piso, pase a su lado hasta que me tomo de la muñeca e hizo que me detuviera haciendo que tirara fuerte de mi brazo y fuera la siguiente en fulminarlo con la mirada.
Podía ser el amigo con derecho, amante, novio o cualquier cosa de mi mejor amiga pero eso no quiera decir que sea la que deba de escuchar lo que tiene preparado para defender a su mejor amigo con el que pasa la mitad del tiempo a su lado; odiaba que ambos fueran los insistentes así como también Justin lo fuera al día siguiente cuando quiso que le comentara acerca de aquella cita que termino por ser la peor de todas que tuve a lo largo de mi vida.
—Seguirás enojada con Caden. —Desvié la mirada un segundo para tomar aire y controlarme. —Bien, tu rostro dice mucho. —Bufe desesperada por el tema.
— ¿Venías de paloma mensajera de él?—adentre mis manos en los bolsillos de mi jeans.
—No... Sabes, ¿por qué Elaine no me contesta las llamadas y mis mensajes?—enarque la ceja.
—Algo le debes de haber hecho para que no quiera contestarte tus llamadas y mensajes—le comente.
— ¿Te ha dicho algo?—le di una mirada misteriosa.
—No sé si me creerás pero no sé nada de lo que tú quizás debes saber que has hecho y sea la razón por la cual ella no te conteste tus llamadas o mensajes—le deje en claro.
No sé si creer el rostro de preocupación de Adrién o nada más dejar desapercibido el asunto mientras en el camino intento hablar con Elaine para que me comente la razón por la cual ha dejado de hablarle a su amorcito porque esto me parece extraño y más al saber que ella no me ha comentado nada cuando este tipo de situaciones no las puede soportar sola sino que necesita siempre comentárselas a alguien antes de que ella se frustre y llegue a sentirse mal.
— ¿Qué le hiciste Adrién?—le pregunté molesta. —Conozco a Elaine y sé que las únicas razones por las que dejaría de hablarle a alguien son, uno, porque alguien le hizo algo que a ella no le gusto ver o conocer y dos, que la hayan dañado de una manera muy severa para no querer pronunciar ni una palabra. —Él suspiro.
—No le he hecho nada, estoy seguro que ni le he mencionado nada desagradable—hice una mueca.
Realmente Caden habla de Adrién como si fuera un mujeriego y aunque yo lo vea todo un santo, no quiera decir que no tenga su lado malo y más porque de cualquier manera puede llegar a dañar a Elaine; ya que sí Caden lo hizo conmigo, eso no quiera decir que Adrién tampoco será así con Elaine. Me preocupaba demasiado mi amiga por el simple hecho que ella ha tenido muchas desilusiones con muchos chicos y eso la ha dejado muy marcada hasta el día de hoy y sí Adrién le fallo, es para que otra vez la encuentre comiendo helado de fresa, con una caja de Kleenex a su lado y mirando películas románticas con finales tristes.
Saque mi celular de mi cartera para empezar a marcar su número, donde apenas le di llamar cuando al cuarto sonido, escuche su voz y de cómo sollozaba y su nariz se encontraba tapada. Eso me decía mucho y pronto cuando le di un golpe en el brazo a Adrién, él fue el siguiente en verme extraño cuando le respondí el <<Hola>> a mi amiga.
— ¿Qué te sucede?—me aleje de Adrién pero sentí sus pasos detrás de mí.
—Nada en especial—gruñí.
— ¡Nada en especial te haría llorar! Dime ¿quién y qué te ha hecho daño?—le repetí.
—Gemma...
Ni siquiera pude escuchar su respuesta cuando Adrién me había quitado el celular de mi mano, podía ver como ahora es él quien se alejaba y empezaba a hablarle de una manera desesperada a Elaine y sé que cuando le hablan de esa manera a ella, al final termina llorando más fuerte haciendo que se descontrole y posiblemente no vuelva a contestar la llamada. Intente quitarle el celular pero su altura y su fuerza hicieron que no llegara a levantar ni una mano sobre él haciendo que ahora fuera yo la desesperada en cortar esa llamada antes de que Elaine se sintiera peor.
— ¡Te he llamado y enviado mensajes durante tres días y no has contestado ninguno de ellos!—Dijo Adrién preocupado. —Estoy preocupado por ti y...—Dejo de hablar para ver el celular. —Me colgó. —Dijo atónito.
—Sí, por supuesto, tú eres el del problema—le quite mi celular.
— ¿Por qué me colgó?—seguía aún sorprendido por aquella acción de Elaine.
— ¿Qué te esperabas? ¿Un grato saludo y unas palabras cariñosas?—Negué. —Esta dolida y le exigiste que hablara antes de decirle las cosas de manera calmada. —Crucé los brazos.
—Te juro que no le he hecho nada, Gemma—suspiré.
—No sé Adrién. Lamento decirte que no puedo confiar en ti cuando Caden hizo lo mismo conmigo—me di la vuelta y empecé a caminar.
— ¿Irás a verla?—se atravesó en mi camino.
—No sé. Pero por la hora ya haber salido de su trabajo, pero te advierto que no la busques o empeoraras todo. —Camine en dirección a mi trabajo.
Realmente tengo que ir a ver a Elaine, pero primero debo de poner una excusa a mi trabajo para que así tenga el permiso de faltar y reponer las horas de trabajo de este día con otro día que tenga libre, lo cual puede ser más el día jueves que es el propio día.
No sé qué es lo que le habrá sucedido a mi amiga para que se encuentre muy mal para no haberme comentado las cosas rápido pero por supuesto, Adrién es el primer personaje de esta historia quien al parecer le hizo algo a ella para que le haya colgado y no haya querido tratar con el asunto. Esto es peor de lo que yo hubiera imaginado en mi día, que Adrién haya sido el siguiente en hacerle daño a mi amiga, si esto lo llegara a saber Justin, sé que no podrá contener su furia y pronto querrá programar una pelea con los dos idiotas que quizás algún momento mi amigo haber considero que ellos eran sus amigos; no podía dejar a Elaine sola ahora mismo, me necesita así como yo la necesite a ella hace dos semanas sin importar la hora en que llegue a su casa y fui la primera en desahogarme con golpear las almohadas de su cama, llorar de rabia y tener que necesitar ese abrazo que ella suele darme de consuelo.
(...)
Apenas subo las escaleras del edificio para llegar a mi pasillo cuando me encuentro a la persona con la cual deseaba ver las últimas horas; podía ver como la sonrisa de hipócrita de Zöe deslumbraba desde lo lejos y eso sin decir como su semblante decía de lo orgullosa que estaba al haber hecho que Elaine se terminara de alejar de Adrién y yo de Caden. No sabía que le sucedía a ella, porque el simple hecho de querer que nos mantengamos alejadas de los hombres que se encuentran a su alrededor hace que esto se observe de una manera muy absurda porque parece como si ella estuviera marcando territorio ajeno con personas que apenas les llama la atención.
Pero como estaba llena de rabia por lo que ha hecho, no me tarde en caminar hacia ella y quizás pensando que yo solo pasaría a su lado para alejarme no vio venir la bofetada que le di en el momento en que su rostro se cruzó y pronto se tocó la mejilla hasta levantar su cara y darme una mirada que empezaba a echar chispas de fuego.
No me importaba lo que terminara sucediendo porque de una u otra manera se lo tiene merecido al querer estar en todo menos en misa porque no le veo el caso que quiera meterse en los asuntos de Elaine con Adrién cuando ella esta con Caden; es algo muy torpe pero viendo como es ella, sé que con una simple bofeteada no la puedo detener; así que antes de poder atacarla de nuevo, sujeto mis brazos haciendo que los apretara a medida que intentaba soltarme. El dolor podía ser horrible e inmenso pero trate de anclarlo para poder darle un merecido así que mientras le pateaba el pie, pronto le di un golpe con mi rodilla en su estómago; a ella parecía no afectarle ninguno de mis golpes y eso solo provoco que me enfureciera más hasta sentir como a una velocidad rápida, se puso detrás de mí, agarro mis brazos, me los puso en la espalda y me golpeo contra la pared de uno de los apartamentos del edificio.
—A mí no me vuelves a tocar—me gruñó en el oído.
—Te golpeare todo lo que quiera si sigues atormentando mi vida y la de Elaine—bufé molesta.
Me apretó más contra la pared que no evite sacar un gemido de dolor, es demasiado dramático pensar que ella podía estar a punto de aplastarme con el material de las paredes si yo no hiciera fuerza también para alejarme y cuando me dio un golpe en la cabeza que hizo que mirara nublado y a la vez que las cosas se movieran a cada lado; solo sentí como se alejaba de mí para luego decirme unas palabras.
—Te lo advertí—casi podía sentir como aun quería golpearme.
Me levante del suelo y aun un poco atontada por el golpe, la mire a los ojos y con la defensa con la cual protegería a mi amiga, le dije unas palabras claras antes de que la viera marchar con su exagerada elegancia.
—Deja a Elaine en paz. Puedes quedarte con Caden y con Adrién pero si sigues entrometiéndote en asuntos privados con ella, soy capaz de sacar mis garras por ellas. —Le dije a lo cual ella rió.
— ¿Hablas en serio?—dijo con ironía—Ni siquiera tienes zarpas para decir lo que en verdad es poner tus patas en el fuego—aseguro.
— ¡¿Qué les pasa a ustedes dos?!—ambas miramos en la misma dirección.
Quite pronto mi mirada de Caden para hacer mis manos unos puños y morderme la lengua para controlar la llama de enojo que se encendía cada vez en mí; si no podía con uno, llegaba el otro y por más que quería alejarme de estas personas, siempre existía un motivo para acercarme a ellas por lo cual salía perdiendo.
—Diablos, le hicieron un hueco a la pared—dijo Adrién.
Mire detrás de mí y percate un agujero en donde al parecer mi cabeza había sido empujada con la pared mientras Zöe parecía haber querido aplastarme mi pobre cerebro.
—Es que no pueden dejar de hacer un montaje sin que nadie las vigile—mire con furia a Caden.
—Cállate idiota, que este fue asunto entre ella y yo, y si queremos destruir este edificio a golpes lo haremos por las buenas o malas—puse escuchar la risa de ella.
—Exacto. No te entrometas en esto cariño, que esto es entre mujeres—podía sentir su mirada gruesa en mí.
—Quieras o no, lo haré. —Dicto Caden. —Y tú no salgas con jueguitos que no eres especial para salir viva de esto. —Me señalo.
— ¿En serio? Lamento no ser especial como tú, como ella y como Adrién; pero quien se mete en mis asuntos privados me valdrá una m****a si llego a salir viva o no. —Dije sin miedo.
— ¿Asuntos privados? Si tú siempre buscas los problemas Gemma—deje ir una carcajada ante lo que decía Caden.
—Mira, no me importa que ella haya querido decirme la verdad sobre la salida porque por un lado le agradezco haberme abierto los ojos—pude ver como ese fue un ataque duro contra Caden que hizo que perdiera su postura segura—. Pero que se entrometa en la vida de Elaine es suficiente para que llegue a mi punto limite y no quiera tomar cartas en el asunto. —Le fui clara.
— ¿Qué tiene que ver Elaine en esto?—Se acercó Adrién.
—Como verás, Zöe tuvo la maravillosa idea de visitarla. —Ambos hombres miraron desconcertados a la mujer que tengo a mi lado. —Le dejo en claro que el sexo que había entre Elaine y tú solo fue para probar lo suficiente mujer que ella era para ti—Adrién se quedó sorprendido con mis palabras—, que tú no estabas interesada en ella además del plano sexual, porque tú ya tenías pareja, y la habías conquistado solo para darte un buen polvo como a la vez, ella sería otra de las muchas que has rechazado y que cuando te aburrieras de ella, simplemente irías detrás de otra y te olvidarías de ella—los ojos de Adrién se achinaron—. Eso la daño, no sé cómo Zöe llego a saber de ella pero supo que su punto débil era destruir su autoestima—eso pareció no entenderlo Adrién—, no debería decírtelo pero llegando a este punto—trague hondo—, Elaine sufre de baja autoestima, Adrién. Ha sido rehabilitada varias veces por depresión e intento de suicidio por el mismo problema que acaba de causar tu amiga. Esa es la razón por la cual estuvimos a punto de romper la pared. —Podía ver el rostro desconcertado de Adrién.
— ¡Tú fuiste y le dijiste eso a ella!—Adrién le grito a Zöe.
—Sí y no me arrepiento—dijo decidida ella.
—Eres una...—Caden se interpuso en el camino de Adrién.
— ¡Cálmate Adrién!—le agarro de los hombros Caden.
Ni siquiera me quedo tiempo en poder analizar la situación que estoy observando, los ojos de Adrién se llegaron a poner azules brillantes que hasta las venas de su cuello se habían resaltado tanto que algo en mi cuerpo me alerto que había algo anormal en su aspecto.
— ¿Calmarme? ¿Lo dices en serio Caden?—dejo ir una sonrisa molesta—Zöe acaba de joder todo lo bueno que estaba creando aquí y ahora Elaine se ha enterado de mi vida. —Adrién empujo a Caden.
—Adrién tus ojos—escuche el susurro bajo de Caden.
— ¡Joder! ¡Joder!—se agarró el cabello— ¿Es la razón por la que no contestaba mis llamadas?—me dio una mirada.
—Sí. —Le respondí.
—Espero que la Diosa te castigue Zöe, espero que te pudras sola y sin amor. —Soltó enfurecido Adrién.
—Te hice un favor—menciono ella.
— ¿Un favor? Puedo ser el propio gilipollas y mujeriego en nuestro terreno pero te recuerdo que mi mate fue la primera en traicionarme. —Enarque la ceja con ese nuevo término que creo haber escuchado de algún lado.
—La Diosa los unió a ambos—confirmó ella.
—Pero el lazo se rompió hace tiempo, ella esta compartida con otro y yo no seré quien lo restablezca para volver a unir algo que ya está roto—le quiso dejar eso en claro Adrién a Zöe.
—Es mi hermana de quien hablas idiota—ella se puso en frente de él.
—Tú hermana o no, ya no me importa. Ella es la culpable de que el lazo este roto y que ambos hayamos perdido una parte del otro. Pero eso no quiera decir que estaré de luto mientras ella siga con su amante, si yo quiero puedo continuar mi vida con quien quiera. —Empezó a alejarse de todos.
— ¡Adrién!—Caden lo llamó pero lo ignoro.
No sabía que tiene ideado Adrién pero algo me decía que él justamente va hacía Elaine y acordándome que mi amiga no se encuentra con los mejores humores para ver al hombre con el que empezaba a enamorarse, no me quedó de otra que ponerme en frente de él y detener su paso.
—Apártate Gemma—me hizo a un lado pero lo tome del brazo.
—No la busques ahora Adrién. Este mal, la deje en casa calmada y controlada. —Me dio una mirada llena de rabia y tristeza.
—Gemma, necesito verla y decirle la verdad—me negué.
—Adrién, entiéndela. Tuve que darle sus medicamentos para que no llegara a intentar hacer algo. —Lo mire con suplica. —No la veas hoy o por lo menos en un buen tiempo, necesita recuperarse y si vas ahora mismo, no sabes lo que puedes ocasionarle. —Me acerque a él. —Conozco a Elaine desde que soy una niña y no es momento en que tú le llegues a dar explicaciones, primero dejemos que el ambiente se relaje para luego dar ese paso. —Suspiró agotado.
—No podre Gemma. Ella, no se merece eso. —Asentí.
—Hazme caso. Es lo único que te pido. —Cerró los ojos y los volvió a abrir.
No podía creer que en serio Adrién parecía preocupado por Elaine, tanto que aún se le ve inseguro de si obedecerme o no; pero al final, retomo su camino pero no para ir en busca de ella, simplemente, se dio la vuelta y fue directo al apartamento de Caden donde con solo verlo entrar y no decir nada más, su estado de humor lo decía todo.
—Está claro que contigo no tengo remedio—Caden empezó a discutir con Zöe.
— ¿Qué querías que hiciera? ¿Quedarme de brazos cruzados mientras él se la pasa jugando con su vida?—Ella empezó a defenderse.
—Mientras Adrién piense menos en el problema será más fácil que el dolor desaparezca—menciono Caden.
—Es injusto que pienses de esa manera—él encogió los hombros de manera indiferente.
—Te recuerdo que apoyo la visión de Adrién. —Empezó a sacar algo de su bolsillo. —Frany empezó con esto y Adrién no será quien lo tenga que arreglar; ella lo busco y sería muy injusto que yo le dé la razón a ella cuando Adrién fue el que más sufrió por su culpa. —A Zöe no le agrado escuchar eso.
Caden termino por sacar una llave del bolsillo de su pantalón, sin tardarse mucho, se la lanzo a ella hasta que no le quedo de otra a Zöe que agarrarla; miro la llave y pareció entender directamente lo que quiso decir esa acción; encerró la llave con su mano formando un puño, podía ver como su mirada le llegaba a decir muchas cosas a Caden que a él parecía no afectarle esas miradas ya que podía tener un control más serio al problema; cuando ella observo que Caden no diría otra palabra, se dio la vuelta y empezó a caminar haciendo que cuando llegará a mi lado, fuera la siguiente en darme una mirada fría pero a la vez llena de amargura.
—Lamento que Elaine haya tenido que escuchar lo que dijo Zöe—dijo Caden cuando Zöe ya no estaba con nosotros.
Solo negué para ser la siguiente en caminar a mi apartamento, necesitaba alejarme de Caden antes de que yo fuera la siguiente en ser controlada por su actitud; ni siquiera me quedo tiempo en pasar a su lado porque ya se encontraba en medio de mi camino, así que acariciándome las sienes para no llegar a pelear con él, le di una mirada hasta escuchar unas palabras de su parte.
—¿Seguirás enojada?—no conteste—Sí, no te negaré que quería saber más sobre tu apellido y no encontraba la manera de como acercarme a ti, pero lo que sucedió en el parque termino por ser algo real, no te mentí con mis emociones y tampoco te engañe acerca de todo lo que hablamos. —Me mordí el labio.
—El problema Caden es que ya no creo en tus palabras—mis manos temblaban—, no sabes la decepción que siento por ti. —Trague hondo. —Quizás hubiera sido mejor que nunca nos conociéramos; porque también Adrién le ha hecho daño a Elaine y lo que más me enfurece de todo esto, es que la verdad no la conocimos por sus palabras sino que por las palabras de otra persona. —Él se quedó callado.
Antes de poder marcharme de nuevo, escuché como mi celular comenzó a sonar y apenas me quedo tiempo para ver la pantalla cuando no tarde en contestar y así poder escuchar la voz de Elaine quien apenas la había dejado dormida.
— ¿Elaine?—Caden llegó a ponerme atención.
— ¡Gemma! Ayúdame... Un lobo está dentro de mi casa y no puedo salir corriendo porque de una u otra manera impide mi paso—escuché unos gruñidos a lo lejos.
—Quédate donde estás, iré por ti. —Colgué para salir corriendo.
Pase al lado de Caden para empezar a bajar las escaleras de una manera demasiado apresurada que hubo varias veces que me tropecé y casi pude haberme caído; salí del edificio y de milagro encontré un taxi, apenas me quedo tiempo para decirle de pronto la dirección cuando el conductor empezó a manejar rápido.
No podía imaginarme como un lobo ha entrado en la casa de Elaine si todas sus puertas están aseguradas con llave y tampoco hay una entrada en la puerta trasera de la casa de mi amiga para decir que el lobo pudo entrar como una mascota. Rogaba porque Elaine no le sucediera nada, con solo escuchar el gruñido del lobo sabía que se encontraba furioso y que podía atacar con facilidad a Elaine si daba un paso incorrecto.
Apenas saque un par de billetes en el momento en que el taxi se detuvo, le di al conductor lo que tenía y le deje una enorme propina para saltar del auto y pronto buscar la llave extra de la casa de Elaine que se encontraba en un hueco de la pared de su casa; no tarde mucho tiempo en encontrarla y ponerla dentro de la cerradura hasta girar la perilla y así entrar a su casa.
El sonido de los gruñidos y un par de ladridos hicieron que corriera y fuera a la cocina y fue el momento en que vi el enorme lobo, su pelo marrón con blanco se encontraba encrespado y como es de esperar ha sacado sus zarpas como si intentara atacar en algún momento. Antes de poder correr hasta Elaine, el lobo paso de gruñirle a ella para ser yo la siguiente, pude ver sus colmillos enormes y afilados y de cómo su hocico se arrugaba junto con su nariz; no dejo de verme ni un segundo, se agacho un poco más y antes que llegara a hacerme daño, observé como Elaine corrió hasta mí y me empujo hasta afuera de la cocina y cerrar a tiempo la puerta.
Los golpes del lobo queriendo salir se intensificaron segundo a segundo y cuando intentamos salir el sonido de la puerta destruirse fue lo que hizo que Elaine y yo nos detuviéramos. Nos llegamos a poner detrás del sofá para poner una interferencia entre el animal y nosotras. Podía ver como mi amiga se tensaba y pronto buscaba la manera de como alejarnos de la bestia pero cuando el animal se dio cuenta de nuestra intención, empezó a moverse de un lado hacia el otro como evitando que una o la otra se moviera para escapar.
—Gemma, ¿qué haremos?—cerré los ojos.
—No sé Elaine. —Le dije con voz temblorosa.
No tengo un verdadero plan para salir de este problema, es más, si intento algo improvisado pueda ser que el lobo me termine por morder; no quería que Elaine terminara perjudicada y tampoco quería que saliera herida. Yo podía ser más fuerte pero en estos casos, nunca he imaginado cómo se debe de sentir la mordida de un animal; hasta solo de pensarlo se me eriza la piel y me da muchos nervios.
Miro la puerta de la otra habitación de Elaine abierta así que llamando su atención y haciéndole señales detrás del sofá, le digo que yo distraeré al lobo mientras ella escapa, al principio se niega en cooperar así que al fulminarla con mi mirada para que se tomara en serio las cosas, al final termino por aceptar mi plan.
Tome aire y en el momento en que el lobo tomo diferente dirección que la mía, salí corriendo para ver cómo puso su atención en mí para escuchar un ladrido y pronto como me tomaba de la blusa hasta hacerme caer en el suelo; Elaine dejo ir un grito y antes de poder sentir el dolor de la mordida, escuche como derribaron la puerta y pronto otros gruñidos más fuertes se escucharon hasta ver como el lobo me soltó y al mirar al frente de mí; tenía a otros dos lobos, uno negro y otro que ya se me hacía conocido.
El lobo de pelaje más claro que el negro, corrió hasta donde se encontraba Elaine pero ella al temer que le hiciera daño, corrió y se encerró detrás de la habitación; el lobo negro que tengo en frente no se movió en su lugar, siguió ladrándole demasiado fuerte al otro lobo que tuve que cubrirme los oídos para no sentir ese sonido demasiado agudo y horrible.
Cerré los ojos y solo pensé en que se detuviera cuando todo se volvió un profundo silencio, no había gruñido, ladridos y tampoco el sonido de las patas de los animales caminar o correr; ese fue el instante en que abrí mis ojos y me di cuenta que me encontraba sola en la sala y la puerta donde el otro lobo se había quedado se encontraba vacío; me levante y preocupándome que algo le haya ocurrido a Elaine, me levante para tocarle la puerta y pronto ver como ella salía y me abrazaba.
Estábamos conmocionadas que hasta casi se nos salieron las lágrimas, el momento fue tan horrible que preferí mejor que esta noche se quedará conmigo; así que apenas empaco un par de cosas cuando nos fuimos de su casa para tomar un taxi y marcharnos.
(...)
Saque las llaves de mi apartamento para abrir la puerta y así dejar que Elaine entrara primero, apenas di un paso cuando una puerta detrás de mí se abrió para escuchar una nueva voz.
— ¡Hola!—me di vuelta para ver la persona que me estaba hablando.
Cuando lo hice, me encontré con un hombre casi de la misma edad que Caden solo que él parecía vestir de manera más juvenil pero informal; mantiene una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos color marrones destellaban una alegría extraña.
—Hola—le devolví el saludo.
—Soy Vernon, el nuevo inquilino. —Me sorprendí con esa noticia.
— ¿El nuevo inquilino?—mire detrás de él su puerta abierta.
—Sí, acabo de mudarme. —Sonrió de manera simpática.
—Oh. Lo siento, soy Gemma—me presenté.
—Mucho gusto—elevó su mano.
—El placer es mío. —Tomé su mano.
Escuché como otra puerta se abrió y pronto me encontré con la mirada confundida de Caden, solté la mano de Vernon para comenzar a ver la manera en como marcharme.
— ¿Vernon?—que sorpresa, Caden también conocía al inquilino.
— ¿Caden? Wow, que sorpresa encontrarte aquí—esta vez sentía una incomodidad.
— ¿Qué haces aquí?—pregunto Caden.
—Trabajo—me pregunte porque todos decían lo mismo.
— ¿Quién te envió?—siguió Caden con su cuestionamiento.
—Geiser. —Sonrió de manera orgullosa Vernon.
— ¿Qué? ¿Por qué?—Vernon encogió los hombros.
—Pronto lo sabrás. —Le guiñó el ojo. —Gemma, ¿crees que puedes darme un recorrido mañana por Portland?—abrí la boca.
— ¿Por qué yo?—le pregunté.
—Me da la impresión que conoces la ciudad y necesito un guía antes de poder salir solo—enarque la ceja.
—Yo puedo llevarte—se ofreció Caden.
—No es necesario Caden, lo que sé es que tienes suficiente trabajo o me dirás que no tienes muchos lobos por los cuales atrapar—gire mi cabeza varias veces a los lados para terminar mirando a Caden.
—Gemma...—escuché que me advirtió Caden con solo mencionar mi nombre.
—Bien. Mañana a las ocho, ¿qué te parece?—Vernon asintió.
—Está bien, nos vemos mañana. —Asentí para ver cómo nos despedíamos hasta que yo fui la primera en despedirme para entrar a mi apartamento.
No sé porque había tomado la decisión de llevar a Vernon a conocer la ciudad de Portland cuando Caden lo conoce más que yo. Simplemente creo que lo hice por impulso para hacer enojar a Caden, pero ahora ya no puedo corregirme; solo esperaba que nada saliera mal o sino tampoco volveré a creer en mis propios impulsos.