Siento como una mano se posiciona encima de la mía en el instante en que el druida de su manada empieza a darle el permiso a Adrién y Elaine para que digan sus votos matrimoniales, por lo que intentando poner atención veo como la feliz pareja empieza a nombrar cada una de sus palabras de compromiso en el que no sólo declaran que habrá respeto, fidelidad y amor, sino que también, momentos llenos de locuras, sonrisas y festejos que construirán a partir de que ahora, serán marido y mate.
— ¿Todo bien? —Me pregunta Caden.
—Sí, lo estoy. —Le sonreí.
Ay, que desdicha tener que fingir estar bien en el día en que mi mejor amiga se está casando, la verdad, es que desde la mañana no me he sentido bien, bueno, quizás no desde hoy sino que a partir de que me he dado cuenta que estando en esta manada mi vida corre riesgo, añadiendo a su vez que ahora, me encuentro desprotegida al no tener a Samay conmigo luego de que terminará por ausentarse a fin de ya no aparecer en la manada y ser atacada por s