10. La Venganza De Ethan
Ethan se encontraba de pie en el centro del auditorio principal de su empresa, un salón amplio con cristales altos y cortinas impecablemente planchadas que ahora servía como improvisada sala de prensa. Frente a él, una multitud de periodistas se apiñaba como un enjambre hambriento de respuestas. Las cámaras parpadeaban sin descanso; los micrófonos, sostenidos por manos temblorosas de emoción, apuntaban directamente hacia él como si fueran armas. El aire estaba cargado de tensión, electricidad y morbo.
A su lado, Emily se mantenía firme. Su postura era impecable, su expresión serena, aunque sus ojos revelaban un estado de alerta constante. Sabía que cada palabra, cada gesto, cada suspiro sería analizado, diseccionado y juzgado por millones. No podía permitirse fallar.
Ethan respiró hondo, cuadró los hombros y dio el primer paso.
—Gracias a todos por venir —comenzó con voz firme, proyectada y segura—. Hoy quiero aclarar algunas cosas y, sobre todo, revelar la verdad sobre mi relación con