Dayana Berlusconi
Termino de quitar el maquillaje y luego sujeto mi cabello en una cola, observo como Donovan abotona su camiseta y su cabello desordenado lo hace ver sexi, creo que es de los pocos hombres que después del sexo sigue viéndose tan ardiente.
Suspiro y me levanto de la silla para agarrar mi pequeña maleta con algunos cambios de ropa.
—¿Lista? —cuestiona y asiento.
—Tu chofer y seguridad deben estar preocupados, —suelto y este niega—. Debimos dormir aquí y mañana irnos a la casa de mi madre, —comento mientras cierro la puerta del apartamento.
—No creo conciliar el sueño en otro lugar que no sea parte de mis recuerdos viejos, —masculla.
&