Salí de la cabaña. Necesitaba respirar. Sentía que todos esos informes recién comenzaban. Había mucho más que reportar por Sophia.
Encendí un cigarrillo, y en bocanadas pausadas, observaba el horizonte, ahora, en un tono más púrpura. La gran batalla era más feroz. Pocas almas se veían. Eran ángeles y demonios, que se peleaban... ¡Era increíble y aterrador presenciar el poder que tenían! Era una energía indescriptible, que partía de sus cuerpos etéreos. Era una demostración de cuánto poder cargaban.El mal y el bien eran poderosos, cada uno a su manera y en equivalencia. Sophia había dicho que todo el Universo est&a