41. SOY BRUTO, NO TONTO
DRAKKAR
La estrecho con fuerza contra mi cuerpo mientras mi semen la llena y lucho desesperado contra ese “ser” que desea salir y dominarla.
La sangre de Lyra lo calma y controla, me ayuda con el dolor.
En medio de la oscuridad, se escuchan nuestros jadeos, el sonido húmedo de los besos que nos damos, calmando nuestras respiraciones.
La cabeza aún me da vueltas, me encanta eso de tocarnos las bocas, se siente tan íntimo y ahora quiero hacerlo siempre con ella.
—Drakkar, eres mío, lobito —susurra con nuestras frentes pegadas.
Me giro de lado para no castigarla con mi peso y la pego a mi pecho, sujetando su cabeza contra mi corazón que late errático.
No sé decir palabras tan lindas como ella, solo soy un bruto atrasado, pero espero que pueda escuchar los sentimientos de mi alma.
—Soy tuyo, Lyra, desde el inicio… siempre he sido tuyo —respondo en voz baja, disfrutando del estremecimiento en su espalda.
—Drakkar —se levanta con la mano sosteniéndose sobre mi pecho
—. No sé si record