024. SUBASTA
ALDRIC
— Estaban buscando a una mujer que pudiese leer lo que decía en el Altar, Adele las probaba a todas locales y visitantes, ¡ni siquiera sabíamos que había algo escrito ahí!
— ¡Yo lo hice para proteger a mi familia, usted hubiese hecho lo mismo!
— ¡Yo hubiese pedido ayuda, idiota! ¡Los vampiros son los seres más traicioneros que existen! ¡¿Para qué carajos están los Guardianes entonces?! – le rugí casi bestializado, esto era mucho más serio de lo que me imaginaba.
— ¡Entregaste una reliquia sagrada de nuestra raza, engañaste a mujeres inocentes y estabas dispuesto a dejarlos tener nuestros secretos! ¡¿De verdad pensaste que tu familia o tú saldrían ilesos de esto?!
Continuó llorando y diciendo que lo había hecho por sus hijas, pero mi paciencia se había acabado y lo que más preocupaba, era a dónde se llevaban a Valeria.
— Dime dónde están los vampiros – le pregunté con voz mortal.
— No, no sé bien, siempre eran muy misteriosos, nunca conocí al jefe, nos reunimos en una cabaña vi