Shane Robinson

Estoy fuera de control. Pero la tengo conmigo.

No puedo parar de besarla. No puedo dejar de sentir que aquí y ahora es nuestro nuevo momento. El dolor y la felicidad se mezclan de tal forma que lo único que quiero es sentirla. De todas las formas posibles. Recuperar en minutos los cuatro años que nos robaron.

Porque ella es mía, siempre lo fue. Y ahora, sabiendo que tenemos un hijo, que todo fue una puta mentira… no puedo contenerme.

—Ivanna… —Me separo un segundo y susurro su nombre como si fuera una oración—. Te necesito, amor. Te necesito tanto.

Gimo cuando son sus labios los que continúan el beso y siento que el mundo deja de existir. Mis manos actúan con urgencia. La tomo por los muslos y sus piernas se levantan para mí. Su vestido, de un largo perfecto, se enrolla en su carne y me da el acceso que busco.

—Y yo a ti... —devuelve, con un suspiro entrecortado. Uno que replico.

La presiono contra la pared con más fuerza y mi cuerpo b