Esta primera semana separados no ha sido tan terrible. Ya es viernes y podemos quedarnos hablando hasta tarde, aunque no de cualquier cosa, porque a ambos nos han dejado tarea acerca de las vacaciones. Arturo debe realizar una pintura en acuarela y yo debo hacer un relato de mi verano.
-¿Y de qué hablarás en ese relato? – me pregunta mientras acomoda el teléfono en algún lugar de su habitación -.
-Del moai, de la playa, de lo peligrosos que pueden ser los niños de ocho años en la playa – se ríe de mis proposiciones -. Y de todo lo que esas cosas influyeron en que conociera a mi primer amor.
-Seguro la profesora te pone un siete, tu relato será el mejor de todos.
-Trataré de que sea muy romántico, a ella le gustan esas cosas – sonrío, mientras yo busco la manera de dejar mi teléfono en el escritorio sin que se caiga -.
-Lo bueno es que