Desde el balcón, lo había visto todo: vio a su amigo ofreciéndole el bolso de edición limitada y a ella rechazándolo.
—¿Fuiste tú quien le dijo que me gustaban los bolsos?
Él arqueó una ceja:
—¿No es así? Recuerdo que te gustaban.
Valentina curvó sus labios en una sonrisa suave:
—No me gustan. Prefiero cosas más caras, como collares con diamantes. La próxima vez, dile que me regale uno de esos.
El humor de Mateo se ensombreció, dio por terminada la conversación sobre el bolso.
—¿Qué foto te envió Gonzalo? —Preguntó.
Aunque antes había pensado en contarle sobre la foto y Gonzalo, había cambiado de opinión:
—Solo una foto de cuando era pequeña. Él la tomó.
Mateo quiso indagar más:
—Tu padre adoptivo...
Ella lo interrumpió:
—Señor Figueroa, ¿no tiene nada mejor que hacer? Si tiene tanto tiempo libre, ¿por qué no investiga cómo tener hijos?
Mateo recordó el comentario sobre su "falta de energía" y su expresión se tornó fría:
—¡Cómo tenga hijos, no es asunto tuyo, no te preocupes por eso!
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