Luciana e Irina se quedaron paralizadas ante las preguntas de Valentina.
Héctor miró a las dos: —Anoche fui drogado con un afrodisíaco. ¿Qué pasó exactamente?
Volviéndose hacia Luciana, continuó: —Luciana, recordando lo sucedido, anoche preparaste un café con tus propias manos para mí. Después de beberlo, sentí que algo andaba mal en mi cuerpo. ¿Pusiste el afrodisíaco en el café?
Luciana palideció: —Papá, yo...
Valentina miró a Irina: —Irina, cuando el señor Celemín fue drogado por el afrodisíaco, entró a ducharse, y al salir te encontró acostada en su cama. ¿Esto significa que tú y la señorita Celemín conspiraron juntas?
Sin dar tiempo a que Luciana e Irina respondieran, Valentina se dirigió a Héctor: —Señor Celemín, me atrevo a afirmar que anoche la señorita Celemín e Irina planearon todo esto juntas. La señorita Celemín puso la droga en su café, e Irina lo esperaba en la cama. ¡Estas dos mujeres orquestaron una trampa perfecta!
Héctor miró a ambas con ojos sombríos: —Díganme, ¿qué p