Daniela se marchó. Valentina y Sofía también se disponían a regresar. —Sofía, volvamos al hotel.
Sofía asintió. —Bien.
—Sofía, mañana regresamos a Europa. ¿Hay algo más que quieras hacer en Costa Enigma?
—Mami, ¿vamos a volver tan pronto?
—Sí.
—Pero Sofía quería jugar más con el tío guapo.
Las largas pestañas de Valentina temblaron. No esperaba que Sofía siguiera pensando en Mateo, que quisiera jugar con él.
—Sofía, el tío guapo está muy ocupado ahora. No molestemos a otras personas, ¿de acuerdo? Mami jugará contigo.
Sofía no alcanzó a responder cuando se escuchó la voz de Luciana. —Valentina, qué coincidencia.
Valentina levantó la mirada y vio a Luciana.
Luciana se acercó. —Valentina, ¿has venido a cenar con tu hija? Qué casualidad. Mateo y yo también habíamos quedado para cenar aquí. Más tarde vendrá la señora Figueroa para hablar sobre nuestra boda. Mateo y yo vamos a casarnos, ¿lo sabías?
Los claros ojos de Valentina se posaron en el rostro de Luciana. Sonrió con calma. —No lo sabí