Daniela miraba la lluvia torrencial a través de la ventana, preguntándose cómo regresaría a la escuela.
— Daniela, con esta lluvia tan fuerte sería peligroso que regreses, mejor quédate a dormir aquí esta noche —dijo Diana.
— Sí, Daniela, quédate a dormir aquí, en el mismo cuarto con Diana —agregó Sandra.
Sandra apreciaba mucho a Daniela, pero como adulta responsable mantenía ciertos límites, y definitivamente no permitiría que Daniela y Diego durmieran juntos.
Daniela asintió con la cabeza: —Diana, entonces esta noche me darás asilo.
Diana, feliz, tomó a Daniela del brazo.
—Daniela, te llevaré a mi habitación.
Ya en el cuarto de Diana, ésta sacó un camisón.
—Daniela, esta prenda es nueva, puedes usarla.
Daniela lo tomó en sus manos.
—Gracias Diana.
—Daniela, ve a bañarte primero.
La casa tenía tres habitaciones pequeñas: una para Sandra, otra para Diego y otra para Diana. El baño era compartido.
Daniela salió con el camisón en brazos.
—Bien, iré a bañarme primero.
Al salir de la h