36. Capítulo
—Sé lo que estás pensando y no debes preocuparte por Alicia, aún sigue durmiendo profundamente. Pero creo que si quieres ayudarla, podrías dejarle una pastilla para el dolor de cabeza en su mesita de noche. No puedo quedarme más tiempo, el tiempo apremia y debo estar temprano en la compañía, me ha surgido una reunión de improviso, pero voy a tratar de llegar temprano hoy para estar presente en la cena.

—Está bien, te deseo un feliz día y después de arreglarme un poco, dejaré la pastilla para Alicia. ¿Puedo...?

—De acuerdo, pero puedes usar mi baño. No tengo ningún inconveniente. O si prefieres, puedes irte a tu habitación y cubrirte con la sábana.

—Dios mío, debo de verme espantosa. No me mires, tengo todo el maquillaje corrido y...

—Ni siquiera así dejas de ser la mujer más hermosa que he visto en mi vida. —aseguró, haciendo que ardiera como un volcán.

—No creo que sea cierto, pero te agradezco el cumplido y el intento de aminorar la vergüenza.

Por último, antes de irse al traba
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App