Perspectiva de Arielle
.
Bajo del regazo de Cassian después de ese beso intenso, aun sintiendo el eco de sus manos en mi cuerpo, me coloco con rapidez en mi asiento, sintiendo que todo dentro de mi tiembla, incluso sintiendo el palpitar entre mis piernas.
Cassian arranca el auto con una brusquedad que me hace morderme el labio. Conduce rápido, sin importar nada, sintiendo esa misma urgencia que yo tengo de llegar a la casa junto al lago.
Durante el trayecto no hablamos. Todo entre nosotros arde en el aire, en nuestras miradas breves, en la forma en que sus dedos se aferran al volante.
Acomodo mi cabello y sonrió con picardía, cuando coloco mi mano sobre su muslo, lo acaricio y cuando veo esa sonrisa ladeada en sus labios, voy más arriba y comienzo a frotar su erección por encima de la tela.
—Eres demasiado traviesa, leoncita —musita con la voz ronca, esa que además de su muy notoria erección, me indica que está excitado.
—Te noto muy tenso, solo trato de ayudar a relajarte —le digo con