Capítulo 2 - El Viaje.

Luego de que Obadiah recupero mejor la compostura, todos le hicieron una serie de preguntas para ver si lograban averiguar algo, pero el chico respondía de la misma manera a todas y cada una de ellas. No sabía cómo había llegado allí, ni tenía idea de nada de lo que estaba pasando, solo recordaba haber estado en su puesto como cualquier otro día, luego solo se despertó en el suelo en los brazos de Noyerah, pero no sabía nada de lo que había sucedido.

-Vadhir ¿Serías tan amable de abrir un portal de luz para llevar a Obadiah a su hogar?- Preguntó Yenneffer.

-No hay problema. ¿Quieres que vayamos todos de una vez?- Preguntó Vadhir mientras un portal de luz se habría frente a ellos.

-No, ya es tarde, y ha sido un buen día para todos.- Yenneffer miró a Jhona al decir esas palabras. -Mañana a primera hora partiremos, tendrán tiempo para descansar y para alistarse.

-Me parece bien, entonces nos vamos mañana. Yo acompañaré a Obadiah para que pueda llegar sin problemas a su hogar, volveré enseguida.- Dijo Vadhir mientras ponía su brazo izquierdo por encima de los hombros de Obadiah, y lo ayudaba a adentrarse al portal, el cual se cerró detrás de ellos al atravesarlo.

-Vadhir sabe cómo regresar sin problemas. Les recomiendo a todos los demás que vayan a sus casas y disfruten este pequeño tiempo de calma que nos queda, podemos encontrarnos al frente de la biblioteca. Tengo el presentimiento de que será una larga travesía la que nos espera.- Dijo Rheagon mientras observaba la gran luna rosada que se cernía sobre ellos.

Todos los presentes asintieron y tomaron su curso hacia sus respectivos hogares, aún era temprano, tendrían tiempo de descansar y prepararse para lo que se avecinaba, estaban más que dispuestos a descubrir que era lo que estaba pasando. Yenneffer fue la única que se quedó en el mismo lugar en el que estaba, mirando al cielo con una clara intriga en su rostro.

-¿Qué significa todo esto?- Se preguntó para sí misma. Luego bajo la mirada, vio como el portal de luz se abría nuevamente y Vadhir salía de él, se sorprendió de lo rápido que había sido, así que decidió pedirle un favor. Luego de eso, se dispuso a volver a su hogar, debía descansar lo más que pudiera antes de ir en otra travesía, no tenía idea de cuánto podrían tardar en ella.

Yenneffer se despertó al día siguiente sintiéndose un poco abrumada por todo lo que estaba pasando, no le gustaba admitirlo, pero ella también sentía que todo lo que había sucedido hace meses ya, había sido muy reciente, apenas había tenido tiempo de vivir su vida, muchas responsabilidad carcomían su cabeza todo el tiempo, pero sabía que todo el mundo esperaba mucho de ella, no podía mostrarse débil o incapaz ante nadie. Se levantó de su cama, y se dirigió a su baño, dónde una vez que se bañó, estaba dispuesta a arreglar algunos bolsos con todo lo necesario, pero se detuvo al ver su reflejo en el espejo que colgaba encima de su lavabo.

Observó cómo su cabello mojado se pegaba a su cuerpo desnudo, el espejo estaba empañado por el calor del agua, así que pasó la mano por el para limpiarlo, y así tener una imagen más clara. La marca de nacimiento en forma de dragón que había tenía en su pecho desde que nació, se sentía como un castigo constante ahora, acercó su mano a él para sentirlo, y apenas lo tocó, el recuerdo de su padre siendo decapitado frente a ella apareció como un flash dentro de su cabeza.

Un fuerte ruido alarmó a la madre de Yenneffer, haciendo que esta corriera hasta el baño, para luego darse cuenta de que hija había roto el espejo del baño, de sus nudillos caían gotas de sangre, y ella solo se mantuvo inmóvil en la misma posición en la que se encontraba antes de partir el espejo, viendo hacia adelante.

-¿¡Que pasó!? ¡Yenneffer no te muevas! No vaya a ser que te cortes. Espera a que recoja todo esto…- Comenzó a decir Bembibre mientras se agachaba y recogía todas las piezas de lo que alguna vez fue un espejo.

-No pude ayudarlo madre…- Dijo Yenneffer, algunas lágrimas habían empezado a caer por su rostro, pero al estar de espaldas, su madre no se había percatado de ellas.

-¿De qué hablas hija?- Dijo su madre con confusión.

-A mi padre… El murió en frente de mí, pude haber hecho algo, quizá pude haberlo salvado. Sólo tenía que intentarlo, solo…- En ese momento Bembibre se acercó a ella y la abrazó fuertemente, intentando transmitirle toda la calma que pudiese.

-Nunca jamás en la vida vuelvas a culparte por eso. No hubo nada que pudieras hacer para ayudarlo, hiciste todo lo que estuvo a tu alcance en el momento.- Dijo su madre para consolarla.

-Tú no estuviste ahí, no podrías…

-No necesito haber estado allí, tú no lo mataste Yenneffer. Literalmente te enfrentaste a un sinfín de riesgos, y amenazas solo para poder encontrarlo, liberaste a una ciudad entera de una tiranía, y aún así los ayudas cada vez que tienes la oportunidad para asegurarte que vivan bien. Eres una de las personas más maravillosas en este planeta, tienes una bondad que brilla por sobre cualquier cosa. No puedes adjudicarte todo mi amor, haces lo que puedes y lo haces de maravilla.

-Madre…- Yenneffer rompió en un llanto desconsolado para luego abrazar a su madre con mucha necesidad. Ella sería una de las cosas que Yenneffer más extrañaría.

Yenneffer sabía que debía llevar algo ligero para el viaje, algo que pudiera ayudarla a moverse con mucha libertad. Quizá otras personas llevarían una armadura que las ayudará a protegerse mejor, pero ella solo pensaba en como sería más fácil luchar para ella. Tomó uno de sus pantalones color azul oscuro, y lo cortó, haciéndolo un short, y tomó un bedlah de color morado manga larga, que dejaba al descubierto su vientre, recogió su largo cabello en una cola de caballo alta y se puso sus zapatillas más cómodas. Tomó su bolso, el cual ya tenía todo lo que necesitaría para su viaje, y luego salió de su casa para encontrarse con todos, en el lugar donde ya había acordado.

Al llegar, ya todos estaban esperando solo por ella, se veían más que listos para lo que les esperaba, pero realmente ninguno sabía que pensar sobre lo que estaba pasando.

-Buen día para todos. Parecen estar muy preparados para lo que sea.- Dijo Yenneffer dedicándoles una sonrisa a todos sus amigos.

-La verdad, es que ninguno sabía que sería lo mejor para traer, así que trajimos todo.- Dijo Noyerah entre risas.

-Si necesitamos algo más, el hecho de tener a Laraine con nosotros, es de mucha ayuda.- Expreso Alteryion con ánimo.

-Así es, mi habilidad ayudará mucho a adaptarnos a cualquier cosa que se nos presente en el camino.- Respondió Laraine, apoyando a su amigo.

-Eso es verdaderamente un alivio, porque nadie sabe que está sucediendo. Pero no sigamos pensando en eso, es hora de actuar. Vadhir ¿Puedes?- Preguntó Yenneffer.

-Claro estoy en eso.- Dijo Vadhir mientras alzaba su mano y un portal se abría frente a ellos, uno de un tamaño muy grande para permitir el paso de todos.

-Hace mucho que íbamos todos juntos.- Dijo Melantha mientras veía el portal.

-Será divertido… Espero.- Dijo Edmund mientras tomaba la mano de Rheagon.

-Todo estará bien. Hay que ser positivos.- Respondió Rheagon.

-Vayamos entonces.- Dijo Jhona, quien sin perder más tiempo se adentro en el portal, quien luego fue seguido por todo el grupo.

Todos aparecieron en la sala del trono del rey, cosa que los tomó por sorpresa, ya que pensaban que hablarían con los residentes de La Ciudadela para saber si sabían algo.

-Sé que no es lo que esperaban, pero anoche no podía dormir bien, y le pedí a Vadhir que me ayudara a venir a preguntarle a los ciudadanos si sabían algo. Ninguno parecía tener idea de que era lo que había pasado, o por qué. Así que es hora de hacer lo que mi padre quería que hiciera.- Dijo Yenneffer mientras cerraba los ojos y respiraba profundamente, para luego unir las palmas de sus manos, y estirar ambos brazos juntos hacia adelante, luego quedando sus manos de manera horizontal, las movió lentamente dando haciendo un movimiento de 90°, luego abrió las palmas de sus manos, y dio les dio una vuelta completa, abrió sus manos, separando sus palmas, pero aún dejando las muñecas unidas, formando una garra con ambas manos, la energía característica de Yenneffer rodeó sus manos, y luego las separó por completo.

Al mismo tiempo que eso sucedía, el trono del rey comenzó a moverse de su lugar, dejando ver unas escaleras muy grandes que bajaban a lo que parecía ser una habitación secreta.

-¿Cómo sabías que podías hacer eso?- Preguntó Edlyn con mucha intriga.

-He venido muy seguido, tratando de averiguar cosas sobre mi padre… El tenía una habitación en este mismo castillo, había una nota con las instrucciones para abrir la puerta a la bóveda secreta del rey, muy bien escondidas por cierto. Tomó un buen tiempo para que pudiera encontrarlas, el sabía que el rey guardaba todo lo que le parecía importante ahí, y el le había robado algo muy importante a mi padre.- Dijo Yenneffer mientras se acercaba a las escaleras, y todos comenzaban a seguirla.

-¿Y qué es eso que le robo a tu padre?- Preguntó Lyssa.

-El mapa que el había escrito para llegar a todas las otras ciudades existentes en esta dimensión.- Dijo Yenneffer muy seria.

Al unísono, se pudo escuchar como todos decían un fuerte y sonoro «¿¡Qué!?». Ellos apenas sabían que existían otros lugares que explorar en esa dimensión. ¿Y Yenneffer venía con la bomba de que ella ya sabía dónde encontrar el mapa que los llevaría a todas esas nuevas ciudades? Era mucha información para procesar.

-¿Por qué si sabías todo eso nunca comenzamos a explorar esta dimensión? ¿Por qué al menos no nos lo dijiste?- Preguntaba Kalena un poco indignada.

-Yo… Lo siento.- Fue lo único que dijo y Yenneffer antes de empezar a bajar las escaleras de la sala.

Al entrar a la sala, todo estaba oscuro, estaba apenas iluminado con unas dos lámparas viejas en las paredes, pero con lo poco que podían ver, había millones de aparatos y artefactos extraños, se veían extremadamente únicos, en importantes. Entendían por qué el Rey los tenía tan escondidos.

-Podrán llamar a Antheon como quieran, pero no era un estúpido, sabía lo que hacía.- Dijo Yenneffer mientras estiraba el brazo y tomaba un pequeño tubo de metal que estaba en un pedestal, a pesar de su pequeño tamaño, parecía ser algo realmente importante, quizá lo más importante de su colección. -Aquí está, lo que estamos buscando.

Yenneffer ni siquiera abrió el tubo, solo se dio la vuelta y camino fuera de la bóveda, siendo seguida por todos sus amigos, ellos empezaban a molestarse por la poca información que Yenneffer les estaba compartiendo. Pero la seguían porque sabían que era la que tenían una mayor idea de que era lo que tenían que hacer.

Caminaron hasta estar afuera de la ciudadela, donde Yenneffer finalmente abrió el tubo, sacando de allí el mapa que les indicaría hacia donde dirigirse, y colocarlo en el piso, abierto, de manera que todos pudieran verlo.

-Muy bien, nosotros estamos aquí.- Empezó a explicar Yenneffer mientras señalaba el centro del mapa. -Hay una ciudad al norte, al este, y al oeste si tomamos La Ciudadela como nuestro punto de partida, odio tener que decir esto, pero creo que vamos a tener que separarnos en grupos para ir a investigar en cada ciudad. Nuestro objetivo será descubrir todo este misterio que nos aqueja, y cualquier información que puedan recopilar de la Luna Rosa que se cierne sobre nuestro cielo.- Yenneffer intento seguir explicando, pero fue interrumpida.

-¿Eso es todo lo que dirás? ¿Sólo harás que nos separemos sin explicarnos como sabes todo esto?- Preguntaba Hernaya, quien se encontraba indignado por la actitud que había tomado la chica.

-No sé qué más esperas que te diga, necesitamos concentrarnos en la misión por ahora.- Dijo Yenneffer evadiendo la pregunta de Hernaya.

-Puede que esto sea confuso para todos, es cierto. Pero creo que Yenni tiene razón, podemos conversar sobre esto después, tenemos cosas más importantes que hacer.- Dijo Rheagon apoyando a Yenneffer, sabía que ella no se estaba comportando como siempre, tendría que hablar con ella sobre lo que le estaba pasando.

-Gracias Rheagon. Ya tengo una idea de cómo pueden estar divididos los grupos, las personas que considero más aptas para liderar, son Jhona y Rheagon, y obviamente mi persona. Nosotros liberaremos 3 grupos, los cuales irán a investigar a cada una de las ciudades, los grupos pueden escogerlos libremente, los que les parezcan más aptos para la tarea. Me gustaría que Kalena y Hernaya vinieran conmigo, ambos son…- Decía Yenneffer, pero fue interrumpida.

-Acepto que tenemos cosas más importantes que hacer, pero no iré contigo, no sin tener una explicación, y si no piensas darme la, supongo que yo iré con Jhona.- Respondió Hernaya firmemente.

-Muy bien, lo entiendo…

-¿Es en serio?- Preguntó Kalena. -¿Ni siquiera con lo que acaba de decir Hernaya piensas decirnos algo? Esta bien, entonces también iré con Jhona.

El ambiente comenzaba a ponerse tenso entre todos, y Yenneffer sabía que eso no era bueno para empezar una travesía, debían estar más unidos que nunca, porque estarían separados unos de los otros, debían confiar ciegamente entre ellos.

-Lo siento… Solo… No me siento lista.- Dijo Yenneffer mientras se mantenía cabizbaja, a lo que todos reaccionaron cambiando su ira por preocupación.

-Yenneffer… Sea lo que sea, puedes contarnos.- Dijo Melantha colocando su mano en el hombro de la chica.

-Gracias…- Dijo Yenneffer soltando un largo suspiro. -Esto es lo que sucede…

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