~Sophia~
Mirar el cielo se había vuelto un lujo para mí, apenas podía ver un pedacito de la luna en la noche y en el día entraba un poco de sol por una pequeña ventana que había en el cuarto donde nos tenían encerradas.
Ahí, en ese espacio tan chiquito, mi mamá y yo vivíamos con un miedo profundo, aferrándonos a la esperanza de que pasara un milagro. Desde que mi papá grabó el video mostrando cómo estábamos, no lo volví a ver.
Mi mamá tenía miedo de que le hubiera pasado algo, pero yo me negaba a creer que estuviera muerto. En el fondo necesitaba pensar que mi papá estaba bien, porque eso me hacía sentir segura. Mientras él esté a salvo, a nosotras no nos iban a hacer nada.
Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevábamos ahí, pero era obvio que habían pasado varias semanas. El teléfono con el que me comunicaba con Liam se había descargado y no tenía forma de ponerlo a cargar. Eso me tenía con el corazón en la mano, me preguntaba qué estaría pasando ¿Será que aún estaba buscándom