"A mí me dijo que no le gusta sentirse tan aislada aquí en la hacienda. Y creo que los demás chicos piensan lo mismo. Solo será el fin de semana. Además, nos vendría bien pasar un rato en familia antes de ir a Mountain." explicó él. A mí me gustaba la idea, porque así me daba la oportunidad de acompañar a Joseph y Keith el primer día de clase, que sería el lunes. Asentí sin pensarlo mucho, pero noté que Liam no se veía tan feliz por el viaje."¿No te gusta la idea?" le pregunté, un poco intrigada. Su mirada estaba llena de cosas que no se dicen, era como si tuviera un nudo en la garganta."¿Qué es lo que pasa?" insistí. Liam miró a su papá antes de hablar."Tenemos que ayudarlos." dijo, y la sonrisa de Sylvester se desvaneció y se puso serio."¿Ayudar a quién? ¿A los Maguire?" pregunté, y él asintió sin dudarlo ni un segundo."Mike cometió un crimen terrible... mató a toda una familia. Ni siquiera la familia real se mete en algo así. Es como si ya no tuvieran derecho a vivir." dije,
~Liam~Lo que dije dejó a mis papás en estado de shock. Era evidente por la forma en que se miraron. Mi papá se quedó parado sin decir ni una sola palabra, y yo no quise ni a mirar a mi mamá.Aunque fue algo impulsivo, no me arrepentía de mi decisión. Ya lo había pensado muy bien, lo había hablado con mi hermana y mis primos mientras estábamos en la camioneta. Cuando escuché la voz de Sophia tan alterada al otro lado del auricular, supe que no podía quedarme de brazos cruzados esperando a que alguien más hiciera algo. Tenía que moverme. Mientras todos buscaban venganza, yo era el único que quería saber la verdad. Necesitaba entender por qué Mike hizo lo que hizo. Y estaba decidido a salvar a Sophia y a su madre."No, ni lo pienses!" dijo mi mamá, tajante, y me volteé para mirarla."Liam, ¿te volviste loco? Acabas de volver a casa, apenas te graduaste y ahora quieres tirarte al vacío sin pensarlo. No tenemos ni idea que cómo fue que empezó todo ese problema en Grizlo. Ni siquiera sabe
"¿Y si el Alfa Christian no las encuentra, mamá? ¿Y si ya es demasiado tarde?" pregunté, con la voz quebrada por la desesperación. Mi papá intervino, con ese tono tranquilo pero firme que siempre usa cuando va a decir algo serio."Si el Alfa Christian no puede encontrarlas, tú tampoco ibas a poder. Y si el tiempo era clave, ya se nos fue. Si los que las tienen secuestradas quieren hacerles daño, no hay nada que podamos hacer. Mandarte a Grizlo no va a cambiar nada, Liam. Entiendo lo que estás sintiendo, créeme yo pase por algo parecido, pero si ya están en las manos equivocadas, volver a verlas va a ser casi imposible." explicó mi papá, con esa mirada que tiene cuando se pone reflexivo."Yo sé cómo te sientes, hijo. Yo estuve en tus zapatos una vez… claro, no en una situación tan difícil como esta, pero igual era algo importante para mí. Y lo único que puedo decirte es esto: el destino siempre encuentra la forma de poner las piezas en su lugar. Sigue tu camino, Liam, y aprende a solt
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o