~Tamia~Regresamos a casa después de la audiencia, estábamos muy felices. Era como si nos hubiéramos quitado un peso de la espalda. Habíamos estado tan preocupados de que algo terrible pasara, pero todo se detuvo de repente, y salimos ilesos. Yo estaba toda llenita de alegría y no veía la hora de ver a mis hijos otra vez. El tiempo que pasamos separados se sintió eterno, y los extrañaba muchísimo. Pero ahora, finalmente, podíamos relajarnos. Sylvester me tomó de la mano mientras manejábamos a casa, apreciando la belleza del paisaje a nuestro alrededor. Ya no teníamos que temer por nuestras vidas. No había necesidad de preocuparnos por que alguien nos atacara o nos disparara de la nada. Todo había terminado. Lo miré, y él me llamó la atención cuando tocó suavemente mi mano. "¡Lo logramos!" dije, y él sonrió mientras me acariciaba la mejilla. "Sí, de veras lo logramos cariño" respondió. Ambos nos dimos cuenta de que habíamos ganado, y nos dedicamos a saborear la dulce victoria.Nos s
David tomó la mano de Nicole y, en un tono más bien juguetón, imitó nuestros pasos de baile. "No dejen que nuestra presencia los intimide." Dije en un todo burlón y todos nos reímos. Sylvester y yo volvimos a bailar, y poco a poco, fueron llegando los demás. Cuando ya estábamos todos, pare la música para hablarles a todos. Miré a mi alrededor. Todos mis amigos estaban presentes. Los observé uno por uno: Susan, sentada en las piernas de Devin, se veía saludable y feliz.Avery y Marcel no podían separarse el uno del otro, como siempre, parecían un chicle. Linda y Theo estaban cogidos de la mano, se veían tranquilos. Amelia, sentada en las piernas de Leo, esperaba ansiosa mis palabras, mientras Leo admiraba la belleza de su mujer, podría jurar que vi que se le salió la baba. Al verlos, supe que él no la decepcionaría. Nicole y David, sentados juntos, demostraban que no importaba cuanto tiempo habían estado juntos, su amor seguía fuerte e inquebrantable. Vino abrazaba a Claudia, tr
Devin comentó: "Sue y yo no tenemos problema con eso, siempre y cuando sus padres estén dispuestos a venir al Norte para la boda." y me emocioné. Luego, me giré hacia Leo. "Bueno, estoy seguro de que a mis padres no les importará, y Gezel ya está aquí, así que ¿por qué no?" respondió, y los ojos de Amelia brillaron. Parecía que a ella también le gustaba mucho la idea. "Y nos encargaremos de la planificación y los arreglos. Ninguno de ustedes tendrá que mover ni un dedo." se ofreció Linda, y le lancé una mirada juguetona. No podía creer que hubiera estado esperando que esto pasara, para decir algo así. "No me pongas esa cara, no soy la reina." se defendió, y todos nos reímos. Acabábamos de resolver el dilema. Ahora podríamos ir a todas las bodas. Seguimos disfrutando en la sala, comiendo, riendo y compartiendo historias. Bryce le envió un mensaje a Sylvester para informarle que ya había llegado con los niños. Sin pensarlo, me levanté y corrí hacia la entrada. Linda, Avery y Nicole
~Amelia~Durante seis días, nosotras no hicimos nada más que alistar todo para La Luna Azul. Tamia se encargó de todos los preparativos, asegurándose de que todo estuviera completamente en orden. Casi todos estábamos presentes, excepto Vino, Claudia y las trillizas. Ellos habían estado en Lucland y solo vinieron esta mañana. Lo que no sabíamos era que Vino le había pedido al Kappa Levi que mandara a las trillizas a su casa en Lucland, donde él y Claudia se reunieron con ellos después de la fiesta de Tamia. Eso explicaba por qué no vimos a los trillizas cuando Bryce trajo a los niños. Hubiera sido bonito que Vino nos dejara conocerlas, pero seguro tenía sus razones. Entiendo que necesitaban tiempo a solas después de todo lo que pasaron. Ahora, estaban de vuelta y listos para la boda que se celebraría mañana. Los papás de Leo y Susan habían viajado para venir a la boda, y en ese momento, me di cuenta. Me despedí y me retiré del salón donde Tamia, Linda y Nicole organizaban las sillas.
Al abrir la caja, me encontré una muy bonita pulsera de dijes de metal plateado, adornada con simbolitos que representaban el escudo de la familia Stepanov. Sin embargo, al tocar el metal, me di cuenta de que no era plata."Mamá, ¿qué tipo de metal es ese?" le pregunté, dándome cuenta de que lo primero que supuse no era cierto."Paladio. Es una pulsera de dijes." respondió ella. Admiré la joya, la saqué de la caja y me la puse.El metal era bastante deslumbrante a la vista, a la luz del sol, resplandecía con una luz etérea que me cautivó al instante. Su superficie brillaba con una belleza única, propia de los metales preciosos. La luz del sol bailaba sobre ella, creando destellos y reflejos deslumbrantes.Cada rayo de sol parecía acariciar suavemente el paladio. Su brillo invitaba a sumergirse en un mundo de maravillas. Al tocarlo, me sorprendió lo suave que era. La fría superficie del metal se sentía como seda líquida bajo mis dedos. Me impresionó la destreza con la que se había transf
"¿Te encuentras nerviosa?" me preguntó Susan. No tenía sentido mentir, así que asentí. "Yo también. Mi mamá dice que mañana será peor, pero después todo estará bien." agregó, y le sonreí. No tenía mucho que decir. no quería quedarme en mi habitación preocupándome por la boda. Mi pulsera llamó la atención de Susan, y ella levantó mi mano para admirarla. "Paladio, Leo tiene muy buen gusto..." comentó, y sonreí, apartando mi mano. "Mi mamá me la dio. Era un regalo de mi papá ." expliqué, y ella me sonrió. "Ustedes dos entonces se llevan muy bien." señalo, y asentí. "Me alegra" dijo, y le agradecí. "¿Qué haremos esta noche?" preguntó. "Tamia ha organizado una sesión de spa para nosotras en la piscina." respondí, y ella respondió con un gritito de emoción. Se notaba que le gustaba la idea. Habló mucho sobre su vestido. Susan nunca había sido muy habladora, pero parecía que había cogido confianza, o era por los nervios. Una cosa era cierta: estaba muy feliz y no podía esperar para c
~Amelia~Leo no regresó a casa, y supe que aquella era la tradición. Se suponía que debíamos estar separados por dos días, eso era mucho pero gracias a los eventos recientes, apenas tuvimos tiempo de hacer algo. Estar separados veinticuatro horas fue lo máximo que pudimos lograr.Por la mañana, las Omegas vinieron por mí y me llevaron al mismo salón de la piscina donde tuvimos la fiesta de spa. Stephanie ya estaba allí. Claudia y Susan llegaron unos minutos después. Disfrutamos de diferentes tratamientos para la piel y el cabello, lo que nos llevó un buen rato. Tamia y las demás vinieron a ver cómo estábamos y nos contaron sus experiencias cuando se casaron. Stephanie también compartió su historia sobre cuando se casó con Maurice.Al terminar, nos llevaron a una habitación para vestirnos. Nos sentíamos emocionadas Nuestros vestidos ya estaban allí, y las personas que nos ayudarían a arreglarnos nos esperaban. Todo estaba minuciosamente calculado Tamia y Linda pasaron a vernos para inf
Suspire sintiendo cómo mi corazón latía fuerte mientras entrábamos a la carpa. Todos me estaban mirando cuando me detuve en la entrada era algo bastante intimidante, con mi brazo entrelazado al de mi tío. Busqué a Leo, que me esperaba al final del pasillo. La suave melodía del piano llenaba el aire, añadiendo un toque mágico al momento. Este era el instante que había soñado desde niña, para mí el sueño se estaba cumpliendo uno que pensaba que nunca llegaría, pero aquí estaba.Mientras mi tío y yo avanzábamos, sentía el delicado vestido de novia rozando mis piernas. La tela parecía brillar bajo la cálida luz de las velas, haciéndome sentir como una princesa de cuento de hadas. Todo eso era real Cada paso me acercaba más al hombre que sería mi compañero, confidente y amor por el resto de mi vida.El pasillo parecía no terminar nunca, no podía evitar querer llegar al final más rápido creería que iba muy rápido. Las sonrisas y lágrimas de alegría de nuestros seres queridos eran el paisaje m