Después del desayuno, fuimos a la sala para ponernos al día con todo y contarles a las chicas lo último que habíamos conseguido. Andrew y Clay llegaron a la sala. Los dos parecían estar pasándola bien, pero yo no confiaba en Andrew. Por otra parte, Devin había llamado para avisarnos que estaba en camino y que había atrapado a esa perra, pero no quería que tuviéramos esa discusión con Andrew ahí presente. Necesitaba estar seguro de que podía confiar en él, y hasta ahora, no había demostrado lo contrario, especialmente en ese momento que sabíamos quién fue el verdadero infiltrado, sin embargo, el hecho de que quisiera que nos aliáramos con Yuri me dejó confundido. Me quedé sentado y decidí aclarar algunas cosas. Con suerte, Andrew nos diría algo útil para poder armar un plan. "¿Conoces a algún aliado de confianza de Erik con el que podamos hablar?" Le pregunté. Andrew me miró confundido, seguramente estaba preguntándose de dónde había sacado algo así. Sabía que era algo repentin
"¿Qué razones tiene Yuri para querer un reinado? Te lo pregunto porque quiero darle una oportunidad a tu idea. Si está luchando por los derechos de los Stepanov, Sylvester puede revertir todo lo que hizo Dimitri y le dará el título de Lord tanto a Clay como a Alexei. Eso debería ser suficiente para arreglar el problema, pero todos sabemos que eso no es lo único que quieren." Expresé, él me miró con los ojos llenos de lágrimas."Todos sabemos que no es la venganza lo que motiva a Yuri. Es la avaricia, y quieres que le demos el Este y el Sur en bandeja de plata." Le dije, pero el negó de inmediato, insistiendo en que no era así."¿Tanto deseas vengar la muerte de tu padre que estás dispuesto a someter a los demás a que un loco los gobierne?" Le pregunté, nuevamente, él dijo que no era así y pude ver las lágrimas corriendo por sus mejillas."Eso no es cierto, Leo. No soy tan egoísta. Tuve que huir de la secta porque descubrieron que era el infiltrado de Alexei, también descubrieron que mi
~ Susan ~ No la había pasado tan bien en toda mi vida. Me di cuenta de que me había estado perdiendo de mucho cuando me negaba a acompañar a Devin al Norte cuando le tocaba asistir a las reuniones del consejo. Las chicas eran súper divertidas. Hacían que sentirse incluida fuera muy fácil, no había que esforzarse, solo relajarse y adaptarse. No eran creídas, tampoco competían entre ellas. En realidad, Avery me dio mala espina al principio, pero luego me di cuenta de que era cercana a Tamia y muy protectora con ella, así que entendí por qué parecía tan distante conmigo. Para mi sorpresa, Linda era la menos amigable, pero nos llevamos muy bien. Amelia era muy buena gente y graciosa, por lo que yo quería seguir su ejemplo y ser un poco más como ella. Era segura de sí misma y no se avergonzaba de sus defectos, y yo necesitaba mucho de eso. Me emocioné cuando Devin regresó. Me sentí tan tonta por haber huido y sabía que a él podría haberle afectado, hasta el punto de empezar a esta
"Eso me toca a mí." Dijo él, haciéndome sonreír. Tenía demasiadas ganas de estar con él. Se inclinó y me besó, luego deslizó sus labios hacia mi cuello y fue bajando bien despacito hasta llegar a mi brasier. Me lo bajo un poquito para tocarme las tetas y mientras me manoseaba con lujuria, las sacó del brasier. Me beso primero un pezón y después me lambio en círculos el otro, pasando su lengua despacito y en espiral hasta llegar a la puntita. Movió mis pezones de arriba hacia abajo con sus labios, mientras pasaba su lengua húmeda, cálida y suave por uno, usaba su pulgar para rozar suavemente el otro. "Devin…" Dije con un tono de reproche, porque había comenzado con lo de arriba, pero mí cosita ya no aguantaba más. No quería esperar, pero él sí, así que intenté ser paciente, aunque mi cosita estuviera húmeda y con ganas de tenerlo dentro de mí. Sentí que metía sus manos dentro de mis tangas de encaje para tocarme, luego metió su dedo dentro de mí, así que levanté la cabeza y cer
"Claro que, si el baño de plata está listo! No puedo esperar para ver eso." Dijo con entusiasmo, por lo que yo me reí. Sabía de esa técnica y que las chicas lo usaban muy a menudo en el Norte. Sin embargo, el polvo de plata era un arma del Este, así que supuse que sería la primera vez de Alice.Claudia se veía confundida y no la culpaba, ella era doctora y nosotras íbamos a torturar a alguien. Era normal que estuviera nerviosa. Nos guiaron fuera de la casa, a un edificio pequeño. Al entrar, olí el aroma de Alice y sonreí. Un Kappa nos guio a la habitación donde estaba la maldita traicionera, estaba sentada en una silla, en ropa interior, con cadenas de plata. Se parecían a las que Devin guardaba en su cuarto y fue obvio cómo la engañó. Que fácil, ¿no? Ella era demasiado predecible. Su mejilla estaba hinchada y uno de sus ojos también. Supuse que la habían golpeado después de ponerle la plata. "¿Tu novio no te dio un poquito de su habilidad?" Escuché a Amelia burlarse. Enton
~ Leo ~ Después de que Devin me explicó todo, armamos un plan para atrapar al tal Inkabod Semenov. No quería incluir a Amelia en esto, ni mucho menos arriesgarla en una pelea, pero era necesario. No podíamos acabar con ese imbécil sin que ella nos ayudara. Alexei habría sido una buena opción, pero quería que se quedara en Hill Valley, porque él era la única razón por la que ese hijo de puta de Inkabod no había podido atacar más pueblos. Apostaba a que sabía que no podía ganarle a Alexei uno contra uno, así que Clay y Amelia serían nuestra mejor opción. Estábamos todos en mi oficina, excepto por Devin, que seguro andaba dándole cariño a su mujer. Por un segundo, me pregunté qué harían nuestras mujeres con Alice, de seguro estaban enfurecidas, así que una cosa estaba clara, existía la posibilidad de que Alice no sobreviviera a la ira de esas mujeres. Se había equivocado creyéndonos tan estúpidos a todos como para salirse con la suya. El padre de Alice fue el Beta que le sirvió
~ Leo ~ No sabía cómo sentirme con respecto a lo que Casper acababa de decirme. Estaba impactado, de hecho, la habitación quedó en silencio. Hasta David, que siempre nos hacía reír con sus chistes, notó que algo estaba mal y se mordió la lengua. "¿Qué paso, Leo?" Me preguntó Sylvester, así que tuve que responder. "No he visto a mis padres en casi siete años. Se fueron de viaje justo después de que me entregaron la manada y ni siquiera vinieron a mi boda." Relaté, en un momento, mi voz se quebró y sentí como se me llenaban los ojos de lágrimas. "Pensé que estaban muertos.... hasta que, hace unos días recibí una llamada, mi padre me dijo que no confiara en nadie y que iban a venir. Ahora, mi beta me acaba de decir que ya llegaron." Les conté. David silbó con regocijo y dijo. "¡Que buena suerte!"Recordé que él no conoció a su madre, ni pudo pasar tiempo con su padre. "Seria genial, si no estuvieran metidos en esto." Comenté, por lo que Sylvester abrió los ojos con sorpresa.
Ahí estaban ellos, sentados en el sofá en mi sala. Mi mamá miró hacia la puerta con los ojos hinchados y se levantó. Mi papá hizo lo mismo. Parecían arrepentidos y avergonzados, puede que hasta un poco asustados. "Leo..." Me saludó mi mamá, había envejecido un poco desde la última vez que la había visto. Ahora tenía canas, pero su cabello aún se veía saludable, como siempre. Sus ojos azules estaban un poco hundidos y algunas arrugas coloreaban su rostro, el tiempo era el culpable de que mi madre se viera así. Mi papá seguía viéndose igual que antes. Pero los surcos de las arrugas en su cara delataban cuantos años tenía. Aunque su cabello aun mantenía la jovialidad que él en otrora tuvo, era grueso y oscuro, sus ojos cafés brillaban, se veía bien conservado y en buena forma, a pesar de todo, aún se veían bien. Mi mamá se acercó para abrazarme, apoyó su cabeza en mi pecho y comenzó a llorar, así que la abracé fuerte para consolarla. Le froté la espalda con suavidad mientras ella