~ Amelia ~
En la cocina estaban preparando todo un festín, así que me pregunté para quién sería toda esa comida. Empecé a sospechar que Leo estaba planeando algo y no quería decírmelo.
Decidí dejarlo pasar, confiaba en que él me contaría cuando fuera el momento, por lo que después de asegurarme de que la comida estuviera deliciosa, me puse a escribir los nombres de las personas que estaban cocinando.
Les di instrucciones claras: no debían cambiarle nada a los platos, bajo ninguna circunstancia, y aparte de ellos, nadie más podía acercarse a la comida. También tenían que servirla cuando fuera la hora y protegerla con sus vidas, eso era algo importante para mí. Con todo eso de los ataques, la secta, informantes o ayudantes, como los llamaba Andrew, no quería que nos agarraran desprevenidos.
En toda mi vida, jamás había confiado en nadie, y ahora menos lo iba a hacer. Leo era más relajado con lo que comía, pero ahora debíamos ser más cuidadosos que nunca con eso, no sabíamos si te