Capítulo 578
Por la noche, Luis regresó a la villa.

Apenas las ocho, la casa estaba completamente silenciosa, solo ocasionalmente se escuchaban los pasos de empleados pasando, un silencio aterrador.

Luis no era una persona que le gustara el bullicio, pero esta noche sentía que estaba demasiado silencioso.

Los zapatos de cuero del hombre pisaban las baldosas pulidas, claramente era un sonido nítido, pero parecía solitario. Las luces también, al reflejarse en su rostro lo hacían ver demacrado.

Luis se quitó el abrigo, levantó la vista hacia el segundo piso, sin pensarlo preguntó:

—¿La señora ya se durmió?

El empleado se sorprendió, dudó al recibir el abrigo, después de considerarlo respondió en voz baja:

—La señora se mudó. No ha regresado, anteayer Celia vino con varias personas y se llevó todas las cosas de la señora. Fueron muy corteses, al irse nos dieron sobres rojos, dijeron que era para agradecernos por cuidar a la señora. En realidad la señora en total no estuvo aquí muchos días, no queríamos
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