Capitulo 24

Tenía mucha ira contenida, quería golpear, gritar, hacer algo para sacarla, pero no podía hacer nada más porque estoy postrada, así que cuando Amanda me arregló para dormir, comencé a pensar en que tenía que hacer un cambio definitivo en mi vida y debía conversar por lo más básico. Eso es por alejar todo lo que no me sume y lo segundo sería hacerle una encerrona a mi marido, porque le mostraré que a mí no me puede ignorar y con ese pensamiento me quedé dormida. Desperté muy temprano y le pedí a Amanda que me arreglara y me bajaran al comedor antes de que Federico lo hiciera.

—me levanté temprano como siempre y luego bajé a desayunar, cuando entré al comedor me llevé una fuerte impresión al ver a Emily sentada.

—Buenos días, señor Esposito ¿le sorprende verme? ¿Pensaba irse nuevamente a escondidas? Parece que esa es una costumbre que tiene usted.

—Buenos días, señora Esposito y no pensaba irme a escondidas, es solo que suelo madrugar para ir a trabajar, ¿algún problema con eso? Es más,
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