Jadeé al sentir el contraste de la textura fría contra mi cuerpo caliente.
—Se dice buenos días, Dalia ¿dónde esta tu educación? —las palabras fueron susurradas contra mi oído y sentí que temblaba incontrolablemente ante sus labios fríos rozando la piel sensible.
—Buenos días —susurré mientras una de mis manos se aferraba a su brazo para intentar escapar de la prisión en la que me tenía.
—Demasiado tarde.
Y ni siquiera me dio tiempo a pensar en lo que haría, él simplemente me elevó del suelo y caminó un par de pasos hacia la piscina para darse la vuelta y arrojarme a ella.
Y todo pasó en cámara lenta una vez sus brazos me abandonaron. Caí soltando un grito que se escapó de mis labios sin permiso y luego el agua empapó todo mi cuerpo cuando caí en ella.
Quise salir a flote, por lo que me removí en el agua y pronto el aire en mis pulmones me llevó arriba, pero no podía mantenerme en la superficie, por lo que volví a hundirme.
El no poder sentir el fondo me alarmó y pronto el páni