Córrete para mí

Noah recogió su maleta de la banda transportadora y procedió a caminar hasta la salida del aeropuerto, debido a que su trabajo sería un poco bajo perfil no tenía nadie esperándole así que debió costearse el taxi hasta el hotel que Dave Carter le había reservado. Una vez allí realizó el check in con normalidad y continuó hasta su habitación, al estar allí sacó su móvil para llamar a Logan.

—     Contesta imbécil… — dijo para sí mismo mientras caminaba de un lado a otro

Segundos después una voz se escuchó al otro lado de la línea.

—     Dichosos los oídos que te escuchan esa melodiosa voz de irlandés, ¿Cómo estás Blackwood? — saludó con un tono armonioso

—     ¿Dónde estabas? Tardaste un siglo en contestar

—     Estaba algo… — se escucharon unas risas de fondo — … Ocupado, ¿me entiendes?

Noah no pudo contener su risa, Logan tenía la costumbre de salir a burdeles cuando se encontraba muy estresado o con problemas maritales.

—     No comentaré al respecto, pero creo que lo estás pasando mejor que yo — indicó riéndose un poco

—     ¿A qué se debe tu llamada Blackwood? — preguntó finalmente

—     Acabo de realizar el check in en el hotel que me reservó este… — hizo una pausa — … ¿Cómo es que se llama?

—     Dave, Dave Carter. No puedes olvidarte ese nombre Blackwood, es quien te contrató — dijo Logan ya con un tono de seriedad

—     ¿Me contrató para la seguridad de Isabelle Carter no? — Noah se mostraba algo confundido

—     Así es, veo que el nombre de la chica no se te olvida por nada del mundo

—     Ojalá la hubieses visto por televisión hermano, espero que sea lo mismo en persona — confesó tomando asiento en el borde de la cama

—     Blackwood, recuerda que vas a trabajar, no vas a ligar con la señorita Carter — dijo haciéndole énfasis en sus obligaciones

Noah sonrió con algo de picardía, le encantaba sacar de sus casillas a Logan pero no podía negar el atractivo de Isabelle de ninguna manera.

—     Tranquilo Logan, no te haré quedar mal — respondió Noah riéndose nuevamente — Por favor envíame toda la información por chat, la necesito para mañana presentarme

—     La enviaré mañana a primera hora, tengo que resolver unos… — nuevamente las risas se hicieron presentes pero esta vez más cerca — … Unos pequeños asuntos — terminó de decir riéndose también

Noah colgó la llamada y dejó su móvil a su lado para después dejarse caer de espaldas en la cama, sintió como su espalda se relajó al igual que todo su cuerpo, los viajes cortos en avión le hacían sentirse más cansado de lo normal.

El móvil sonó encontrándose con un mensaje de Sienna en la vista previa, así que tomó nuevamente su móvil y procedió a abrirlo.

Sienna: Hola señorito, ¿ya en Los Ángeles comenzando tú nueva vida?

Noah: Hola Sienna, hace un rato llegué y estoy exhausto

Sienna: Espero disfrutes tu estadía en esa hermosa ciudad, espero algún día conocerla

Noah: ¿Y si vienes y me haces compañía?

Sienna: Quisiera que tu me hicieras compañía a mí

Noah: Es mejor tener compañía con la vista que yo tengo

Noah ha enviado una foto

Sienna: Que hermosa se ve la playa, esos faroles iluminan el lugar de una manera muy espectacular

Noah: ¿Cierto? Ojalá estuvieses acá

Sienna: Ese comentario fue un poco romántico, ¿No crees?

Noah: Tienes razón, no es muy rockstar de mi parte

Sienna: Para nada Noah, despierta de ese trance romántico por favor

Noah: JAJAJAJAJA Eres una tonta, en serio… ¿Qué quieres?

Sienna: ¿Por qué crees que siempre que te escribo es para pedirte algo?

Noah: No lo digo yo, lo dicen las estadísticas

Sienna: Pues sí vengo a pedirte algo… Aunque me da un poco de vergüenza

Noah: ¿Qué necesitas querida? Dinero no presto, aprecio lo suficiente nuestra amistad

Sienna: Desde que te fuiste tengo una necesidad tremenda de que me folles nuevamente y… pensé…

Noah: Pensaste en sextear conmigo, ¿no?

Sienna: Sí… ¿Cómo lo sabes?

Noah: Das muchas vueltas Sienna, sabes que odio la gente que va con rodeos

Sienna: Entonces sí Noah, tengo ganas de follar y no estás acá… ¿Tienes una puta solución?

Noah: Sextear, aunque…

Noah se detuvo un momento a pensar, hace mucho tiempo no escribía algo sexual para nadie, mucho menos dejarse llevar por una calentura en medio de su soledad en la nueva ciudad. Durante sus noches de vigilancia había desarrollado un pequeño talento en escribir sus deseos sexuales en notas de su celular que luego eran enviadas a las personas con las que mantuviese una conversación de ese ámbito y siempre obtenía el mismo resultado: Asombro y satisfacción.

Noah: ¿Te gustaría tocarte con cosas que te escriba?

Sienna: Y con cosas que me muestres también me gustaría, ¿Crees que no quiero ver esa maravillosa verga?

Noah: Entonces ponte cómoda

Sienna hizo caso mientras Noah comenzaba a tomarse el tiempo para escribir y demostrarle a ella su gran talento.

Noah: Se que estás cargada de deseo, con ganas de sexo, receptiva, sensible, quieres placer, quieres jugar en tu intimidad, y estás cada vez más excitada, suspirando...

Pero no te toques sola, déjame acompañarte, permíteme ser cómplice de tu placer y participar en tus caricias en la distancia provocándote, incitándote a tocarte más y más. Haciendo que salga ese fuego oculto en tu cuerpo, hacerte jadear por culpa de ese placer interno que te proporcionas con tus dedos, o ¿quizás sean mis dedos?

¡Sí! son mis dedos preciosa los que están ahí dándote todo ese placer que no has podido evitar que salga de tu mente. Me sientes tocarte, me sientes junto a ti masturbándote, a tu lado. Tumbado junto a ti, pegado a tu caliente cuerpo, hirviendo de excitación, besando tu cuello, mordiendo tu labio. Con mis brazos abarcándote, abrazándote, moviéndose, acariciando tus pechos, provocando que cuando poso mis labios sobre tus pezones se te escape un…

Sienna: ¡Siiiii Noah! ¡Sigue, la putísima madre!

Noah: Es cuando entonces beso tu pezón, lo atrapo entre mis labios y tiro de él. Le paso la lengua y se va poniendo duro, se pone erecto, como si quisiera pedirme más, y se lo hago. Succiono tu pezón mientras abarco tu pecho con mi mano llevándomelo a la boca. Excitándolo y consiguiendo que tu areola se contraiga del gusto recibido.

Mientras mi otra mano está sobre tu sexo. Tocando. Acariciando. Entrando lento y suave. Saliendo despacio, para volver a sumergirse entre tu humedad. Esa humedad creciente que facilita que mis dedos te penetren rozando el interior de tu coño. Arrancando tus suspiros.

O todo junto a la vez, follandote, mis dedos moviéndose en el interior de tu encharcado coñito y mi boca saboreando tus pechos. Ese delicioso coño que voy a acabar comiéndote. En el que sientes como mi lengua se mete y te saborea. Sacando todas tus mieles vertidas durante mis caricias. Esa esencia deliciosa que me encanta provocar que fluya de ti.

Mi barba incipiente te roza en tu pubis, puede ser que inicialmente no te importara, que incluso fuese un acicate morboso sentirla. Quizás ahora te esté dejando enrojecida esa piel tan cercana a tu preciada y rosada hendidura. Pero ya te da igual si roza o te irrita. La sensación que se vuelca desde el centro de tu cuerpo puede con todo haciendo que tu cuerpo reaccione elevando tu pelvis para tener más contacto.

Eso es lo que deseas. Contacto. Intensidad. Placer. Gozar. Y tu instinto animal es lo que hace. Buscarlo moviendo tu cuerpo contra mi boca mientras mi lengua lame y lame tu clítoris sin parar. Con movimientos rápidos. Para luego succionarlo. Chupártelo.

Gritas. Gimes. Disfrutas. ¡Joder! si preciosa así me gustas. Gozando de este momento placentero. Sintiendo como cada poro de tu piel reacciona llenando la habitación de tu aroma, de tu delicioso olor. Ahora transformándose en el olor de una mujer excitada, deseosa de sexo. Deseosa de placer. Buscando esa autosatisfacción tan gustosa, tan placentera.

Pero conmigo a tu lado. Fusionando en tu mente mis labios con los mojados labios de tu sexo. Arrancándote gemido tras gemido. Temblor tras temblor. Sensaciones cada vez más y más intensas. Calambre tras calambre. Espasmo tras espasmo. Sintiendo como se acerca. Sí, se acerca ese instante tan deseado de llegar a tu explosivo orgasmo.

Pellizcas tus pezones como si fueran mis manos invasoras las que te los aprietan. Metes y sacas rápidamente tus dedos, o mis dedos, recuérdalo pensándome, dentro y fuera de tu cada vez más y más encharcada vagina. Haciendo esos ruidos característicos del acoplamiento de dos sexos, entrando y saliendo, acelerando el ritmo de las embestidas.

En eso está ahora tu mente. Con esa idea en tu cabeza aceleras tus movimientos. Imaginando de miembro follandote rápido. Intenso. Profundo. Sí, todo lo profundo que me permiten mis rápidas embestidas chocando contra tu cuerpo. Contra tu sexo abierto recibiéndome envite tras envite. Clavándome en lo más hondo de tu ser. Rodeándome con tus piernas. Clavando tus dedos en mi culo. Empujándome dentro de ti.

Y llega. Ya llega tu anhelado deseo. Esos segundos explosivos en los que tu cuerpo se convulsiona. En los que tu cerebro solo recibe intensas descargas eléctricas de placer. Esos segundos en los que tu precioso cuerpo es ingobernable, indomable por nadie. En el que actúa solo. Por instinto. Arqueándote. Moviéndote sin control. Jadeando. Chillando.

Sienna: ¡Dios Noah! Estoy por acabar por favor no pares, continua por favor continua te lo imploro

Noah: Disfrutando casi sin conciencia. Contrayendo tu sexo. Y explotando. Esa explosión que te lleva al paraíso deseado desde que empezaste a leerme. Una explosión de un placer tan intenso, que casi es agónico. En el que tu cabeza casi estalla de la intensidad del momento culminante. Un placer que te deja exhausta. Desmadejada en tu cama. Con el cuerpo dolorido, el cabello revuelto y tu sexo aun ardiente, palpitante. Tus tetas calientes, tus pezones sensibles al mínimo roce y la piel de tu cuerpo entero sudorosa, tan sensible que es capaz de generar más placer al instante con una simple caricia.

Con un dolor placentero desde tu ombligo hasta tu entrepierna, agotada, deseosa de mi compañía, de mis manos sobre tu cuerpo abrazándote. Sin aliento después de correrte tan intensamente.

Relajada y con una felicidad extrema. Con una sonrisa de satisfacción en tu cara mientras te abrazas a la almohada pensándome a tu lado. Así quiero dejarte, tocando el cielo.

Noah agachó su mirada y notó como su miembro estaba erecto, deslizó su mano para tomarlo y apretarlo mientras lo agitaba de arriba hacía abajo leyendo pequeños fragmentos de su improvisada obra mientras esperaba una respuesta por parte de Sienna, así que antes de que esto sucediera abrió la cámara y grabó como se masturbaba para ella.

Noah ha enviado un vídeo.

Sienna: Ahora córrete para mí cabrón, ¿crees que no quiero ver como toda esa leche sale de ti? ¡Vamos!

Noah sonrió ante tal respuesta y continuó masturbándose a su ritmo, relajándose y dejándose llevar por las sensaciones.

Mañana sería otro día, el inicio de algo diferente, aunque no tenía ni la más mínima idea de lo que se le aproximaba, su único pensamiento era que conocería a esa atractiva mujer de la televisión.

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