Llegaron a las puertas de un palacio, en las que estaban inscritos unos caracteres antiguos. Maxine miró las puertas y dijo: "James, aquí debe ser donde el Dios de la guerra de la Antigua Corte Celestial guarda su elixir".

"Ujum".

Qusai asintió al decir: "Los elixires son útiles para todos los cultivadores. Espero que queden algunos elixires en este palacio. Si puedo obtener aunque sea unos pocos, sería una gran providencia".

"Echemos un vistazo".

James caminó hacia la puerta y la empujó para abrirla.

Criiic...

La puerta se abrió.

En ese momento, una fragancia seductora llegó desde el interior. La fragancia era tan concentrada que estimuló el cuerpo de James. Sus poros se relajaron y se abrieron, absorbiendo frenéticamente el poder contenido en la fragancia.

"Esto huele tan bien...".

"Qué poder tan concentrado...".

Los demás se sorprendieron.

James miró la Cámara de Alquimia. La cámara solo tenía unos cientos de metros cuadrados y había muchos armarios dentro. En los armario