“¿A quién estás buscando?”. Cuando Thea miró al hombre extraño frente a ella, se sorprendió.
El hombre extraño rondaba los cuarenta, vestía con sencillez y parecía un granjero. Él sacó una elegante invitación y se la presentó a Thea.
“¿Qué es esto?”. Thea lo aceptó, perpleja.
“Es para James Caden”, respondió el hombre extraño.
Él se dio la vuelta y se marchó después de decir eso.
Thea no la abrió para echar un vistazo. Cerró la puerta y volvió a entrar en la casa.
En cuanto entró, James preguntó: “Thea, ¿quién era?”.
“No sé. Vinieron a entregarte una invitación”. Thea le entregó la invitación que tenía en sus manos.
“¿Para mí?”.
James se quedó mirando la invitación en su mano, con una expresión de perplejidad en su rostro, y comenzó a examinarla.
La invitación estaba muy bien hecha. No había nada escrito en la portada.
Confundido, lo abrió.
‘Carta de desafío’.
En cuanto lo abrió, notó estas tres palabras, grandes y llamativas.
“Dentro de una semana. En las Llanuras del Su