"Hermana Yvonne, ¿estás disfrutando de la luna?".
Yvonne se volteó y vio a una curiosa Jewel detrás de ella.
"Ya es muy tarde. ¿Por qué no estás durmiendo?". Jewel corrió hacia ella mientras hablaba. Su cara estaba llena de curiosidad mientras sonreía y decía: "¿No puedes dormir porque apenas te has reunido con el señor?".
Era tarde. Jewel había querido dormir, pero sentía hambre cada vez que se acostaba en la cama. Iba a buscar algo de comida en la cocina cuando vio a Yvonne.
Jewel creyó ver que Yvonne hablaba sola, así que fue a saludarla.
Yvonne no habló; sus ojos estaban fijos en Jewel. Caminó hacia la mujer más joven: ¡su rostro parecía tan frío, y todo su cuerpo tenía un aura asesina!
"Hermana Yvonne, ¿qué ha pasado? ¿Está usted bien?". Jewel no lo entendió, así que sonrió y dijo: "Ya es muy tarde. ¿Tienes hambre como yo? Puedo llevarte a comer algo bueno".
Jewel sonrió y se acercó para agarrar la mano de Yvonne.
De repente, una espada larga apareció en la mano de Yvonne.