Darryl hizo algunas preguntas sobre los antecedentes de Raquel.
Raquel vino preparada. Respondió a todas las preguntas con facilidad, y hacerla ceder era difícil.
Darryl no tenía ninguna buena razón para seguir interrogándola.
Después de terminarse la comida, Raquel se sentó junto a la fogata y se secó la ropa. Entonces se acercó a Darryl y le dijo suavemente: “Señor, debe de estar cansado. Déjeme masajearle las piernas”.
Raquel era amable y cariñosa, pero sus ojos mostraban rastros de frialdad.
Raquel planeaba lanzarle el Hechizo para Encantar Personas. Confiaba en su belleza y creía que ningún hombre podría resistirse a ella.
Sin embargo, tenía que estar cerca de Darryl para lanzar el hechizo, así que le sugirió masajearle las piernas.
Darryl se detuvo, miró el rostro hermoso de Raquel y pensó: ‘¿Acaso está intentando atraerme? ¿Ha decidido por fin atacar?’.
Darryl estiró su espalda y asintió, extendiendo la pierna derecha hacia ella. “Claro”.
Raquel sonrió débilmente y se p