Al mismo tiempo, Adán lucía preocupado, pero no lo demostró. En lugar de eso, sonrió y le dijo a Lindsey amablemente: “Niña, lo viste por ti misma. Esta gente es despiadada. Creo que deberías decirnos cómo resolver la formación”.
“Te garantizo que no te harán nada siempre y cuando nos lo digas”.
Adán reprimió su rabia en ese momento y tuvo que dejar de lado su identidad como Maestro de Secta para persuadir a una joven niña. ¡Qué pena!
No tenía elección. La Formación de Armadura Profunda era demasiado poderosa y lo único que podían hacer era persuadir a Lindsey.
A pesar de ser joven, Lindsey no era tonta. Rápidamente se dio cuenta de que Adán la estaba engañando y dijo: “No te creo. Estás mintiendo. ¡Eres un mentiroso!”.
Inmediatamente, el rostro de Adán se enrojeció y, en el fondo, empezó a enfurecerse. Les ordenó a los discípulos: “Átenla”.
‘¿Cómo se atreve una estúpida niña a regañarme? ¡Esto es una tontería!’.
Después de recibir la orden, unos cuantos discípulos de la Secta L