Selina estaba disgustada y aterrorizada por cómo la miraba Coleman. Mandy también estaba asustada, pero con su hermano cerca, reunió la confianza necesaria para reñirle. "¿Qué estás mirando?".

Coleman se rio con una expresión vulgar aún en su rostro. "Tienes un carácter muy grande para una chica de tu edad. Estoy mirando lo guapa que eres. ¿No puedo?".

Sus compañeros también se rieron. Finalmente, Sandra no pudo soportarlo más. Miró fijamente a Coleman e increpó: "¡Vaya grupo de hombres desvergonzados! ¿Quiénes son ustedes para causar problemas aquí? Soy Sandra, una discípula de la Secta del Dragón Celestial. ¡Lárguense si no quieren morir!".

Ella pensó que la Secta del Dragón Celestial era una de las sectas más famosas y prominentes del Continente Cryolet. Solo tenía que decir su nombre y los bandidos correrían por sus vidas. Sin embargo, estaba equivocada. Aquellos hombres eran bandidos notorios, por lo que no se asustaban fácilmente.

‘¿Una discípula de la Secta del Dragón Celest