"¡Zack!".
Quincy apenas podía contener su ira entonces y fulminó a Zack con la mirada. "Cómo te atreves a cometer semejante traición, mintiéndole al pueblo e intentando robar el trono. Pagarás por esto".
"Je, je...". La expresión de Zack era engreída. Avanzó unos pasos a trompicones, susurrando junto al oído de Quincy. "Nada de eso importa, Quincy Long. Ya no eres la Emperatriz y toda la ciudad real está bajo mi control. Además, ya nadie va a creer que eres la Emperatriz. Te van a tratar como nada más que a una de los Carter. Es el destino si me preguntas, ja, ja...".
Mientras reía, la expresión de Zack se volvió fría. "Arrójenlos al calabozo y lleven a cabo una ejecución pública en tres días".
"¡Sí!".
Bajo su orden, los guardias aceleraron sus pasos, escoltando a Quincy y Ambrose al calabozo.
...
Unos minutos más tarde, en el calabozo.
Quincy y Ambrose estaban sentados con la cabeza baja en la celda, sin hablarse en absoluto.
La tensión era palpable.
"Tú...".
Justo entonces