La Emperatriz Heidi frunció el ceño al ver a Shakun suspendido en el aire, incapaz de ocultar su asombro.

¿No era Shakun una bestia domesticada? ¿Por qué perdería el control?

"¡Su Majestad!".

El general a cargo del Recinto de las Bestias se apresuró a responderle. "Shakun se encontró con problemas mientras cultivaba y perdió el control".

La Emperatriz Heidi frunció el ceño y se volvió para mirar a los funcionarios. "Funcionarios, ¿qué creen que debemos hacer con la situación que tenemos ante nosotros?".

Los funcionarios intercambiaron miradas frenéticas entre ellos. Ninguno sabía qué decir.

Era raro ver a Shakun perder el control. ¿Quién iba a saber qué hacer?

"¡Todos ustedes son unos inútiles!".

El Príncipe Auten no pudo evitar rugir de rabia. "Qué montón de inútiles, ¿no se les ocurre nada? ¿De qué sirve tenerlos aquí?".

La expresión del Príncipe Auten era de puro desdén.

Él pensaba que llegaría al trono en cien días. A pesar del duelo, tenía apoyo, así que pensó que ganarí