Los niños que Rory le había traído a Skylar en el pasado siempre estaban en diferentes estados de miedo; siempre gritaban y lloraban. Después de todo, eran niños y solo era una respuesta natural a una situación como esa.
Sin embargo, estos niños parecían haber encontrado oro. Era como si estuvieran anticipando que algo sucedería.
Mald*ción.
La mirada en el rostro de Skylar hizo que el corazón de Kendall latiera con fuerza al instante. Sin embargo, era una mujer inteligente y pensó en una respuesta lo suficientemente rápido. Ella mostró una sonrisa tranquilizadora mientras decía: “¡Oh, cierto! Maestro de Secta. He disciplinado a estos niños y no les causará ningún alboroto. De esa manera, le será mucho más fácil cultivarse”.
“Maravilloso”.
Skylar sonrió ante sus palabras y habló con una voz orgullosa: “De verdad que no tengo que preocuparme cuando te mando a hacer cosas”.
Skylar finalmente dejó de lado todas sus inhibiciones.
Él nunca habría adivinado el motivo letal detrás de su