Darryl hablaba en serio, pero sus ojos tenían un toque de sarcasmo y alegría por venganza.

Era el dueño de la Perla Caótica y solo necesitaba usar su mente para extraerla del cuerpo de Ileana. No obstante, Ileana había intentado matarlo, por lo que Darryl quería verla sufrir.

Al mismo tiempo, los ojos de Darryl no podían dejar de mirar a Ileana. Se sorprendió al observarla más de cerca. Su rostro exquisito y su figura seductora eran perfectos.

Ileana estaba furiosa cuando notó los ojos de Darryl puestos en ella.

“¡Cierra tus mald*tos ojos!”, regañó Ileana.

Ella quería matarlo desesperadamente, pero la energía de hielo en su cuerpo era un completo desastre, dejándola extremadamente débil. Ni siquiera tenía la energía para ponerse de pie, y mucho menos para atacar a alguien.

‘¡Está demasiado débil pero sigue actuando tan arrogante!’, se rio Darryl levemente.

Sin embargo, él no se detuvo y siguió mirándola aún más.

Ileana estaba tan enojada que su cuerpo comenzó a temblar. Su ira