Eira no pudo evitar jadear al ver lo que sucedía detrás de ella.
Había un grupo de personas armadas detrás de ella con auras asesinas. Muchos le eran familiares y entre ellos estaban: la Secta Pico de la Montaña, la Secta de los Mendigos, la Secta de la Llama y muchas otras.
Casi todas las élites de las sectas estaban reunidas allí.
En ese momento, se animaron al ver a Eira y gritaron en voz alta.
“¡Eira! ¡No huyas! ¡Ríndete!”.
“No tienes lugar a donde ir”.
“Déjanos capturarte para que podamos informarle a Emei”.
Los gritos de ellos seguían llegando con tonos fríos y nadie se compadecía de Eira.
‘¿Qué?’.
Las expresiones de Eira cambiaron al escuchar eso. Su corazón se hundió.
Al principio pensó que los cultivadores podrían ayudarla a buscar justicia, regresar con Emei y rescatar a su madre. No esperaba que la quisieran capturar. ¡Eira se volteó y huyó mientras pensaba en ello!
Los otros cultivadores se miraron al ver esa escena. ¡Estaban extremadamente furiosos!
“¡Tras ella