La peor versión de mí.
Al día siguiente…
Giotto.
Todos tenemos días buenos y no tan buenos. Durante el tiempo que he estado en la empresa, me hice enemigo de toda su directiva. A ninguno le gusta mi manera excepcional de trabajar. Soy implacable y mordaz.
Simplemente no me gustan los errores.
Mis empleados son unas pequeñas lucecitas que quieren encender bajo mi imponente sol y maravilloso esplendor. Con esto quiero decir que me cabrea la incompetencia de la clínica en la que está la reina de Narnia. Son lentos, tienen poco tacto y tuvieron las santas agallas de prohibirme la entrada, otra vez.
No a cualquier mortal.
A mí.
A Giotto Marchetti.
Estaba en la sala de espera como si eso fuera un procedimiento legal, cosa que me parece inhumano más bien. A una persona como yo no la pueden hacer esperar. El pasillo donde ella me encontraba est