Washington, Estados Unidos.
Collins apenas pudo conciliar el sueño, pero no durmió lo suficiente, pues antes de que amaneciera fue despertado por una llamada urgente por parte del Secretario General y del Presidente del Comité Militar de la OTAN, el inglés Frederick Williamson, y el italiano Almirante Guido Martinengo, respectivamente. Al llegar a la sala de telepresencia, se encontró con ambos personajes a cada lado de la gran pantalla frente a él.
−Pido disculpas por la tardanza, señores –se excusó Collins, sentándose en el sillón tras el amplio escritorio al centro de la sala−. ¿La OTAN ya ha asumido una posición en torno al conflicto en el medio oriente?
−Saludos, señor presidente –le dijo Williamson−. Le estamos llamando para comunicarle que Turquía ha solicitado ante el Consejo que se activen