Nueva York, Estados Unidos.
Miller terminó de leer el documento en sus manos y Williams apagó la cámara, mientras que otro hombre revisaba que la grabación haya sido subida al internet. De inmediato agarraron cada uno a los dos hombres arrodillados en el suelo y los pusieron boca abajo, amarrándolos de pies y manos juntos. Muhammad Afzal Behrouz y Naseer Abdel Alí aún se preguntaban cuál sería su destino en las manos de esos hombres.
−¡Están metiendo en problemas a su gobierno con los nuestros! −les gritó Muhammad mientras uno de los hombres tomaba un rollo de cinta para embalar y arrancaba un pedazo−. ¡No deberían estar haciendo esto!
−¡Están cometiendo un error! −les gritó a su vez Nasseer. El hombre le tapó la boca primero a Muhammad, y luego a él.
Los dos j&oacut