Cada día la familia de unía más y disfrutaban juntos su convivencia, habían salido a visitar algunos lugares turísticos y otros que quedaban cerca de la mansión, así que dos meses después de llegar a Nueva Zelanda, Isabella, de había sentido indispuesta
— Papá, ¿qué le pasa a mami? está vomitando su desayuno, ¿mamá está enferma? hay que llevarla al médico, papá, para que le den medicina
Las palabras de su hijo, alertaron los sentidos de Valentino, su pequeño tenía razón, llevaría a su mujer al doctor hoy mismo, mientras tanto fue en busca de Isabella, para confortarla
— Cariño, ¿cómo sientes? ya pasó cielo, todo está bien
— ¡Fatal! me siento muy mal, tengo muchas náuseas y la cabeza me da vueltas, necesito llegar a la cama, Valentino— respondió la pálida mujer
— Ven acá, montate en mis piernas, yo te llevaré a la alcoba, tantos malestares no me gustan ni un poco, debemos hacerte revisar por el médico, cariño, te ves tan pálida como un fantasma, no puedo permitir que nada te pase, iremo