Capítulo 626
—Si no es tu hija, ¿por qué te busca? ¿No te dejó una mujer en Ciudad Sur? ¿Podría ser la hija de esa mujer?

—De ninguna manera.

Se calló Gabriel, no quería mencionar aquella historia en su vida.

Pero miró a Aria n el sofá, y al final fue al baño y traer una toalla mojada para limpiar el pastel de las manos de Aria.

Gabriel dejó la toalla, —Riqui, ¿dónde duerme esta noche?

Los dos hombres tenían los ojos muy abiertos: eran dominantes en el sector comercial, ¡pero ninguno había tenido experiencias con los niños!

Ricardo miró a Aria que dormía, que parecía a Magnolia, un poco deprimido.

Finalmente susurró, —Dijo que durmiera en el sofá.

—Está bien, le traeré una manta.

—Voy a darme una ducha.

Ricardo bajó la vista hacia las marcas de pintalabios de su camisa, y su mirada se complicó extraordinariamente al pensar en lo que acababa de ocurrir.

La mujer era exactamente igual que Magnolia, salvo por el lunar.

Pero tenía el carácter completamente diferente.

Ambos hombres se volvieron hacia el
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