Capítulo 162
Justo en ese momento, golpearon la ventana del coche. Ricardo frunció el ceño y la bajó, murmurando molesto: —¿Quién anda ahí?

—Oigan, soy oficial de tránsito. Disculpa la molestia, pero no pueden quedarse aquí. Si quieren hacer algo, mejor váyanse a un hotel.

En el exterior del vehículo, se encontraba un hombre de mediana edad en uniforme de policía, con una sonrisa que parecía saberlo todo en su rostro.

Magnolia se tapó la cara con la mano nada más ver al policía, pensando que era demasiado embarazoso. Mientras tanto, Ricardo se sentó erguido con una expresión seria.

Al darse cuenta de la situación, el conductor y Julio corrieron rápidamente hacia el coche, y este se alejó a toda prisa del lugar.

Sin embargo, seguía invadiendo el interior una atmósfera de indescriptible torpeza, haciendo que los dos en el asiento delantero desearan poder volverse transparentes.

Ricardo permanecía sentado en silencio con una expresión sombría. Su corbata ya había sido arrojada descuidadamente a un lad
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