Capítulo 1104
—Se ha ido.

—¿No dijo nada?

Magnolia se sorprendió un poco de que el hombre se marchara.

No mucho después, entró el secretario con una fiambrera muy bien empaquetada, —Señorita, ya está aquí la cena, come algo.

—¿Cómo sabías que tenía hambre?

Magnolia acercó la fiambrera y la abrió para descubrir que parecía tener todas sus comidas favoritas, hizo una pausa y miró al secretario, —¿la has pedido tú?

—Sí, cada uno tiene una, que trabaja horas extras.

El secretario no esperaba que el señor Vargas enviara realmente una cena a medianoche y, para evitar que la señorita le descontara la paga extra, tuvo que decir que lo había encargado él mismo.

Magnolia también vio que los empleados de fuera sostenían la misma caja cuadrada, los pensamientos de su cabeza acababan de oprimirla mientras fingía mirar por la ventana, y efectivamente la figura de Ricardo ya no estaba allí.

Terminó la comida que tenía en la mano, miró al secretario y le dijo, —Saca a todo el mundo del trabajo y duplica su paga por
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