Vladek no supo si la cachorra delante de él temblaba por miedo o por ansiedad. Sus ojos llorosos estaban abiertos y estaban fijos en su erección al punto de hacerlo sentir incómodo.
Pasó una mano por su cabeza y rostro para tranquilizarla. Esta se restregó contra él casi ronroneando.
-No te preocupes- se inclinó y besó su mejilla- Se sentirá bien, lo prometo, para eso te he estado preparando hasta ahora-