En El Templo de Isis, Nefertari volvió a encontrarse con Serket. Esta vez ella se había disfrazado como doncella, y había sido sola, sin la compañía de Baketamon. Una idea que se le ocurrió de repente, sabía que tenía espías en el palacio, sabía que la estaban vigilando. Baketamon se había en el palacio, aparentando ayudar a Nefertari en sus aposentos, en una decisión de banquetes y reuniones de la corte. Todo una distracción.

Serket la esperaba en el rincón del pasillo, fingiendo rezar en silencio. Nefertari se acercó a ella y se quitó el velo de doncella. Serket la reconoció de inmediato.

—Doncella —dijo Serket, obviando el título de nobleza y la identidad de Nefertari, como parte de la distracción.

—Serket —respondió Nefertari—. Lo que me confiaste la última vez sobre Imhotep… sobre el desvío de fondos del templo… lo hemos confirmado.

El rostro de Serket se ensombreció. —Lo temía.

—Todas las piez