Cuando terminamos el trabajo, aquel día, casi había anochecido. Cogí mi bolsa y comencé a caminar hacia casa, pues no estábamos tan lejos de la urbanización después de todo, a aproximadamente 1 hora andando.
Cuando llegué a casa, ya eran cerca de las once, pero no me preocupaba, puesto que David no estaba y no tenía prisa por comer pronto. Aunque, tan pronto como entré en la casa y vi a David cruzado de brazos frente a mí,