Capítulo veintinueve
—¡ELIÁN SUELTAME! —me jamaqueo de un lado a otro y arañó sus brazos con fuerza tratando de tirarmele a la loca que solo me ve de forma sonriente —¡SUELTAME O TE JURO QUE TE RECHAZO JUSTO AHORA!
Llevo mas de diez minutos tratando de soltarme de su agarre solo para quitarle todas las extensiones a la cara berenjena esa.
El piso se mueve completamente y pataleo viendo lo ancha que es su espalda —Vamos a aclarar todo esto tú y yo solos —con la mano abierta le doy un sonoro golpe cerca de sus caderas.
—Elián déjame en paz, bajame —chilló —¡Elián! —me returzo cual gusano y siento el fuerte impacto de su mano en mi trasero —¡ahhh! Dime que no lo hiciste —susurro achicando mis ojos —dime que no.
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