Clara sintió el peso de cada paso mientras avanzaba hacia el edificio de Cedric. La fachada de cristal brillaba bajo la luz del sol, pero el ambiente frío y severo que emanaba el lugar parecía absorber cualquier calidez que el día pudiera ofrecer. El encuentro con Alejandro en el callejón aún resonaba en su mente como un eco persistente, y la presencia inquietante de Lucius, con sus palabras enigmáticas, no la ayudaba a calmarse.
El edificio no era tan imponente como el de Alejandro, pero había una elegancia inquietante en su arquitectura. Parecía construido para intimidar, con sus líneas rectas y su entrada de mármol pulido. Clara se detuvo un momento frente a las puertas de cristal, intentando calmar su respiración. Sentía que el caos que acababa de vivir afuera la estaba siguiendo, como si pudiera sentir las miradas de Alejandro y Lucius todavía clavadas en su espalda. Pero no podía permitirse flaquear ahora.
Con un último esfuerzo, cruzó las puertas.
El interior del edificio era t